Park JiMin amaba la oscuridad del océano.
Su atención era totalmente captada por lo misteriosa que puede ser una masa de agua.
Por las leyendas que esconde una ola.
Las sonrisas que cargan la espuma.
Las vidas que roban las profundidades.
Los viajes que traen consigo las corrientes.
JiMin pensaba, imaginaba, creaba historias en su mente sobre el mar.Tantas personas han estado en él. Tantas personas han muerto en él. Tantas personas sienten miedo por él. Tantas personas sacan provecho de él.
El mar ocupa gran parte del planeta. Creando desastres naturales, destrucción por doquier y dando un bello paisaje e imponiendo respeto.
Él creia que en lo profundo del océano hay una ciudad. Cuenta una historia que esa cuidad se hundió hace muchos miles de años, que vivía gente con riquezas y que aún hay seres vivos en ella.
¿Sirenas? Park soñaba con ellas.
¿El alma de sus antiguos habitantes? Park imaginaba cómo se verían.
¿Existe en verdad esa cuidad? Park deseaba que así sea.
JiMin cerraba sus ojos y podía verse en las profundidades del mar.
Rodeado de corales de colores variados, peces de todos los tamaños, pequeñas cuevas y grandes arrecifes.
Si se dejaba llevar un poco más por su imaginación, puedo aventurarme en decir que él veía a los habitantes de aquella ciudad, que van y vienen por esas calles, que alguna vez estuvo sobre la superficie.
Park quería nadar junto a ellos, quería dejarse llevar por las suaves corrientes y disfrutar de la vista.
El agua abrazaba su pequeño cuerpo, haciendo que cada movimiento sea algo costoso, pero la sensación sea gloriosa.
El océano rodeándolo, uniéndolos, formando uno con él mismo.
Su naranjo cabello flota con la corriente, el agua choca contra su rostro.
El sentimiento más glorioso.
JiMin imaginaba que está caminando por un sendero con flores de colores, amarillas, rojas, verdes. Y de la nada, comenzaba a flotar, sentía que su cuerpo era abrazado por una cálida sensación que hasta llegaba a abrumarlo por momentos.
No era un sentimiento desagradable, ahora ser presionado con algo de fuerza por el agua, no era una sensación que él debería odiar.
La repentina falta de aire en sus pulmones, tampoco dejaba un gusto desesperante en su boca, no merecía alterar los nervios la escena que estaba soñando... o viviendo.
Los brazos del joven Park ya no respondían, su garganta se cerraba poco a poco, segundo a segundo... pero él no se desesperaba, no le era desagradable.
Al contrario, la sensación más gloriosa.
La cuidad hundida ya no se encontraba en el campo de visión de ese chico apasionado del océano, los que vivían en ella ya no lo acompañaban por los senderos, las flores de colores y el sentimiento de flotar ya no estaban junto a él. El aire de sus pulmones era reemplazado poco a poco por agua, salada, que quemaba su garganta a medida que pasaba por ella.
Solo la profundidad del océano y JiMin, solo sus misterios, las vidas arrebatadas, los viajes acompañados por las corrientes y JiMin.
Solo la oscuridad de un abismo y JiMin.
Y ahora... solo estaba JiMin y... ¿Yoon Gi Hyung? ¿Qué hacía él ahí? Ese era el sueño de Park, no debían interrumpir en él.
De pronto, ni aire, ni cuidad, ni flor, ni volar, ni ser abrazado.
Solamente JiMin y YoonGi, juntos, flotando en la profundidad del océano responsable de muertes, solo ellos y el océano creador de historias y supersticiones.
Solamente ellos dos, con la sensación de estar ahogándose.
El sentimiento más glorioso.
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La sensación de estar ahogándose. «YoonMin One-shot»
FanfictionOne-Shot YoonMin. JiMin amaba el océano, le fascinaba imaginar todo lo que podría haber dentro de él, le gustaba demasiado la sensación de asfixia cada que se hundía en él. JiMin amaba el mar. Yoon Gi conocía la sensación de estar ahogándose, y com...