VII

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¿Cuando todo había empezado a salir mal?

No sabe cómo ni cuándo su matrimonio se fue a la mierda. No recuerda la última vez en la que le había dicho un simple te amo a JongIn y mucho menos la última vez que habían hecho el amor.

Exactamente llevaban cuatro años de casados, de los cuales solo dos fueron todo color de rosas y el resto era historia que se podía contar por si sola.

Recuerda el día de su boda donde su Moreno tan solo tenía veintidós años y el veintitrés, donde ambos creían amarse, llegar justos hasta ser unas pasitas, con hijos y los tres perros de JongIn. Lamentablemente las cosas no habían salido para nada así.

Recuerda el amor eterno que se juraron, la promesa de ser del otro la cual irónicamente había terminado siendo rota por ambos.

Estaba seguro ¡Realmente lo estaba!

El menor tenía un amante, uno al cual veía cada noche en la que no llegaba a casa y ¡Joder! Aunque sonara hipócrita, lo odiaba. Odiaba sentir un olor diferente en las poleras de su hombre, odiaba verlo llegar a las tres de la madrugada todo sudoroso com aspecto de obviamente haber tenido sexo y esas marcas visibles en su apetecible cuello y torso.

Su esposo no podía estar engañándolo, claro que no.

Suspiro al ver que eran las nueve de la noche y el menor no llegaba por seguramente estar follando con el otro.

—Lo amo pero lo odio... ¡Fue su culpa! —empezó a gritar a la par qué tiraba la cena que seguramente ya se encontraba fría— E-El empezó a dejarme de lado y yo... necesitaba cariño y... ¡Lo odio!

No sabe cómo ni cuándo pero ya se encontraba tirado en el suelo hecho un ovillo y con lágrimas  cayendo cual cascada ¡Joder! Aunque no lo admitiera en voz alta, extrañaba aquellos momentos en los cuales salía a bailar con el moreno, cuando iban al súper mercado felizmente, cuando iban al parque o incluso cuando viajaban solo para poder escaparse de la rutina que tanto los tenía ocupado.

—¿¡KyungSoo!?

Aquel grito se escucho desde la entrada y las ganas de desaparecer aumentaron. No quería que su esposo lo viera en aquel estado tan miserable y deplorable ¡Tenía que ser fuerte!

—KyungSoo... —susurraron a su lado y las ganas de salir corriendo se fueron a la mierda al sentir como el más alto lo tomaba en brazos para luego llevarlo a la habitación que competían.

—No me mires, p-por favor... V-Vete. —habló entrecortada mente por las lágrimas.

Aún así sintió como el más alto le quitaba los zapatos y la ropa que tenía puesta dejándolo únicamente con una de sus camisas la cual le quedaba un tanto grande.

Sintió como el menor iba al baño y luego regresaba para acostarse a su lado y abrazarlo.

—¿Que nos pasó JongIn? —susurró para el más alto— T-Teníamos tantas cosas planeadas y..

—Calla KyungSoo, duerme. Estas mal—respondió a la por qué acariciaba esos suaves cabellos rojos.

—No, esto hay que hablarlo y mientras más antes mejor.—se sentó en la cama importándole poco que lo viera mal— ¿Me quieres?

Cuatro babys «oh sehun»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora