Capítulo 42

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Me encontraba en la sala de estar de los Mafoy, y estaba esperando a que el señor tenebroso me enviase a mi primera misión en años. Los gritos se escuchaban en toda la mansión al igual que las imperdonables. Mientras todo esto ocurría estaba acompañada por Haftid, el cual estaba enrollado en mis pies.

De repente un sonido ensordecedor irrumpió y las puertas se abrieron, dejando ver a Voldemort con dos cuerpos flotando a su lado.

-Querída, traigo un pequeño trabajo para ti.-Dijo con una sonrisa cruel dejando que ambos cuerpos cayesen a mis pies.-Quiero que te deshagas de ambos.

Sin pensarlo tomé mi varita dispuesta a deshacerme de ellos cuando ví sus rostros cubiertos de sangre y golpes.

-Mi señor, ¿Qué hace aquí el inútil de mi hermano y mi prometido?-Dije fingiendo ser fría.

-Oh querida, ese mago inútil ha intentado enfrentarse a mí, y tu prometido no es fiel a la causa. He descubierto que ha estado ayudando a Potter.

-Entiendo ¿Qué quiere que haga con ellos?-Dije intentando ocultar mi desesperación.

-Querida mía, si no te conociese creería que eres estúpida. Quiero que los mates, que los asesines hasta que no quede nada de ellos.

Ante estas palabras me coloqué delante de ellos y comencé a atacar a Voldemort.

-¿Qué crees que estás haciendo? Aunque me venzas nunca podas salir de aquí con vida.-Dijo furioso.

-No me importa si les salvo.

La batalla estaba siendo a la par, mientras ambos esquivábamos hechizos imperdonables y los devolvíamos. Un Destructor lanzado por mí casi le llega en un descuido, cosa que le enfadó y comenzó a atacar a los cuerpos de Severus y Caelus. Ante esto mi duelo fué complicándose, ya que no solo tenía que hacer levitar ambos cuerpos, sino que tenía que estar pendiente de los movimientos de Voldemort. Sin esperar más lancé un avada kedabra, el cual conectó con el de Voldemort. En un principio llevaba la ventaja, pero en determinado punto el sonrió como si hubiese ganado.

-¡Avada Kedabra!, ¡Avada kedabra! ¿Y ahora qué harás _____? ¡Están muertos!-Escuché a mis espaldas.

Con rapidez corté el nexo entre ambas varitas para esquivar el ataque y ver cómo alcanzaba a una feliz Bellatrix. Rápidamente cayó muerta, cosa que enfureció a Voldemort de sobre manera. Nuestro duelo estaba extendiéndose hasta el punto en el que todos los mortífagos se habían agolpado a nuestro alrededor, pero no podían intervenir por la cantidad de hechizos que volaban por todas partes. Entonces me di cuenta de que sucediese lo que sucediese con ellos muertos no tenía razón de vivir, por lo que decidí usar mi última baza para asegurarme de que Voldemort nunca volviese.

Llamé a Hadift e hice que me mordiese en la pierna, haciendo que su veneno recorriese mi sistema, y aprovechando que pronto moriría conjuré el que sería mi último hechizo. Mientras murmuraba palabras en pársel Voldemort intentaba atacarme con imperdonables, pero una cúpula negra me protegía mientras terminaba de acercarme él. De los límites de la cúpula nacieron unas sombras en forma de tentáculos de luz negra que se acercaban a Voldemort, el cual intentaba evitarlo pero no lo consiguió. Cuando ya estaba inmovil pidió furioso ayuda a sus seguidores, pero antes de que el más rápido consiguiese decir cualquier hechizo uno de los tentáculos atravesó su pecho matándolo y haciendo que el resto se quedasen quietos.

-¿Cuándo aprendiste a desarrollar tu magia a estos niveles?-Dijo Voldemort asustado.

-¿Recuerdas mi hechizo de protección de las sombras? Hace tiempo lo desarrollé hasta llegar el hechizo que terminará con ambos. No sólo mataré este fragmento tuyo de alma, si no que también mataré a los horrocruxes.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora