Levanta el vuelo.

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Era la directora y a su lado permanecía Zeth.

— Me han informado en busca de lo que vienen, y eso no significa que mis alumnos tienen que ser parte de esto. Si van a cumplir una orden, háganlo correctamente y no causando un alboroto, como directora de esta escuela, no lo concederé.

Nunca antes había visto a la directora tan enojada. Supongo que éste es un tema complicado y no quiere que gente inocente salga perjudicada.

*** KAI POV ***

— ¡Alen, tienes que ayudarme! Cuéntame algo sobre mi futuro o el de Damon, ¿Si?.

— Kai... así no funcionan las cosas, simplemente me llegan visiones y ya está, aún no puedo controlo.

— ¡Pero, usa tu bola de cristal o algo!

— sigues viendo demasiadas películas — dijo Alen, con una cara de frustración.

— Lo siento. Es que necesito saber que pasará entre Damon y yo. Ese maldito colmilludo no deja que me acerque — gruñí.

— Todo a su tiempo.

*** DAMON POV ***

Eran como las 9 de la noche cuando Zeth se puso su chaqueta de cuero negra y tomó las llaves del auto que le habían proporcionado para nuestro transporte.

— ¿A dónde vas? — dije, recostado en la cama.

— Abrígate, que tu también vas. Iremos al hospital a buscar bolsas de sangre, ya se están acabando.

— Vale.

Me puse una sudadera ancha gris y Zeth me miró con desaprobación.

— ¿Qué? Yo lo llevó puesto, no tu. Así que ya deja de verme así.

— Debería enseñarte una o dos cosas sobre como vestir bien. Eres un vampiro después de todo, y no cualquiera, deberías hacerle honor al título .

— Déjame, es mas cómodo y rápido así.

— Parece que vas a asaltar un banco.

—¿Y eso vamos, no? ¡A robar un banco de sangre! — exclamé, levantando los brazos.

— Muy gracioso — frunció el ceño —. ¿Desde cuándo te comportas así?

Abrí los ojos. Hasta yo mismo estaba sorprendido de mi actitud.

— Lo siento, yo... me deje llevar — miré al suelo.

Yo realmente no recuerdo que fuera de esta manera. ¿Qué pasa conmigo?

Subimos al auto y el recorrido hasta el hospital fue un silencio avasallador. Sabíamos que queríamos hablar, pero no sabíamos exactamente que decirle al otro, entonces se formo un aire incómodo y tenso.

Entramos a la recepción por la parte de urgencias, habían muchas personas sentadas, otras caminando de un sitio a otro, inquietas y ocupadas en sus pensamientos y miedos.

Zeth miró fijamente a la recepcionista y le preguntó la ubicación de la habitación donde se encontraban las bolsas de sangre. Ella hipnotizada por el glamour, le señaló con el dedo el camino y le dijo las indicaciones.

Caminamos hasta dar con la mercancía. Ubicamos las bolsas con cuidado en las mochilas, estas eran especiales, ya que poseían refrigeración interna.

Iba a caminar hacía la salida, pero me detuvieron sus manos.

— Tengo algo que enseñarte — me dijo muy serio.

Me dejé llevar por él, fuimos a dar a la azotea del hospital. Unos 20 pisos más o menos. Zeth dejó la mochila en el suelo de concreto y me miró. Seguí sus pasos y dejé la mía también.

Pandemonium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora