Nightmare after death

Celdas

Negro, todo se puso negro derrepente. 

Aquella brisa fría que corrió rápidamente por todo mi cuerpo , pudo apoderarse fácilmente de mi calor corporal, descendiendo así lo que siempre había sido un cálido y fuerte sentimiento de vida dentro de mi. De pronto ya no sentía nada, solo escuchaba los golpes de mi conciencia que se esforzaban por descubrir que era lo que en esos momentos mi cuerpo sentía. Esta sensación, es muy familiar, tiene las mismas características que uno nombra cuando se habla de alguien que muere. ¿Acaso estoy muriendo? ni yo mismo se. Todo fue tan repentino, mi recuerdo mas cercano es el de haber estado en una mesa junto con mi pequeña y única hija , disfrutando de el típico almuerzo que solemos compartir día a día. Incluso pude sentir la sensación de haber estado sentado en aquella silla de madera, que siempre me incomoda tanto la columna, antes de haber sentido el golpe que me llevo al limbo total ,a este profundo hoyo de angustia y locura donde parecía iba a estar el resto de mis días, pagando esta pena que según mi conciencia era una injusticia que nadie debería recibir. Solo deseaba que mi hija estuviera bien, mi pequeña y preciosa niñita que había cuidado desde que nació hace 8 años, jamas me había separado tanto de ella como ahora que parecía nunca mas la volvería a ver.

Pero todo este ambiente empezó a calmarse cuando esa voz que parecía ser la de mi hija, susurraba pausadamente algo que al comienzo no podía distinguir. 

_Des..._ escuchaba vagamente salir de aquella tenue voz que me estaba sacando de aquel sueño profundo con aspecto mortuorio_Despie..._seguía sin entender lo que me quería decir pero cada vez podía asimilar mejor el sonido que entraba levemente en mi oído_¡Despiertaa!

De pronto mis parpados pudieron abrirse , lo hicieron de manera sutil ,y conforme lo hacían sentía como las partes de mi cuerpo volvían a estar unidas a mi, a mi conciencia ,bajo mi control, otra vez me sentía vivo y completo, aquel frió que se había apoderado de mi cuerpo parecía haber sido expulsado todo durante la apertura de mis parpados. Mi vista aun no había sido aclarada del todo, solo podía ver la silueta de aquella niña que juraba era mi hija con su hermosa pelo largo bien peinado, sus delicados hombros y sus delgados bracitos que se encontraban apoyados sobre mi.

_Hola..._me saludó la silueta con esa voz clara y dulce , característica de la voz de mi pequeña. 

_Hija._Dije yo con la voz aun un poco dormida, esperando escuchar ese"Hola papi" que tanto necesitaba escuchar en ese momento. Pero los segundos pasaron y no hubo respuesta, mi angustia y preocupación empezó a volver mientras mi vista se aclaraba, ahora la silueta negra que me acompañaba tomaba luz y color.

_¿Qué?_ me preguntó aquella niña que resulto no era mi hija. Yo había quedado impresionado por la similitud de ella con la de mi pequeña, fácilmente pude haberla confundido por mayor tiempo, pero para mi estaba claro que no era ella. Habían cualidades en su cara que indicaban que era otra persona: su nariz respingada , la cantidad de pequitas que a la vez también eran mucho mas oscuras, y ese cerquillo lineal que mi hija no le suele gustar. Pude distinguir todos esos detalles hasta que mi vista se recuperó por completo, y ahora con leves movimientos de cabeza , no solo me enfoqué en ver su cara. La niña llevaba un vestido blanco de una sola pieza que nunca antes había visto en mi vida, pero me pareció muy agradable, la blancura de su vestido irradiaba paz y tranquilidad que bien hacia conjunto con sus bellos ojos café y su tierna boquita que expresaba confusión tras seguir esperando una respuesta de mi parte.  

_Disculpa_le dije mientras sacudía un poco mi adormecida cabeza_ ,te confundí con mi hija.

Empecé a mover un poco mas la vista ,ahora ya no estaba enfocado en ella , sino en el desolador y sofocante ambiente en el que nos encontrábamos. Yo estaba echado sobre una camilla , parecida a las que puedes encontrar en una de esas cárceles que mantienen a sus prisioneros en las peores condiciones: la única sabana del colchón estaba sucia y con moho, no había almohadas ni algún bulto donde recostar la cabeza, los fierros que la sostenían estaban oxidados y con un claro aspecto de que podían romperse en cualquier momento. Pero eso solo fue el inicio de lo que debería llamar en todo su derecho un "cuarto de pesadilla". La habitación era de un uniforme color gris tan oscuro, que no fue fácil distinguir en que momento el suelo se convertía en pared, de no haber sido por aquel foco en forma de barra que se encontraba sumergido dentro del muro contrario al cual mi cama se encontraba pegada , emanaba una luz tenue que apenas lograba resaltar los rincones de la habitación. Había una sola puerta en todo el cuarto, color plateado metálico, se veía mas clara que la pared, lo que la hacia resaltar dentro de este tétrico ambiente. Mucho no demoré en generarme esa gran duda que toda puerta cerrada te hace preguntar, ¿Qué habrá del otro lado? La pequeña ventana de barrotes que se encontraba en la parte superior de la solida y firme puerta no proporcionaba una respuesta reconfortante, mucho menos con aquella oscuridad que se podía ver de el otro lado ,que claramente le ganaba por mucho a la que había dentro del cuarto.