Prefiero una canción.

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- Y cuando tengamos dinero compraré una casa enorme con sofás de cuero blanco y...
- ¡ Y una tele enorme papá ! - Le interrumpió mi hermana.
Joder, ya está otra vez con los cuentos.
- ¡SÍ! ¡Una tele más enorme que...
-Sí, más enorme que tus palabras y más pequeña que el dinero que tienes en la cuenta del banco. - le interrumpí esta vez yo. - Ni se te ocurra comprar sofás de cuero. No quiero sentarme encima de animales, si lo tengo que hacer, en todo caso sería sobre un caballo... O sobre Anastasia- Anastasia era mi hermana pequeña.
No soportaba que me contara las mismas historias todos los días.
Mi padre era un hombre muy soñador. Él buscaba encontrar unicornios y volar en ellos repartiendo dinero por el mundo. Como si le sobrara. Era su único sueño. Ser rico, más rico incluso que el chocolate. Vale... en ese sentido no. Pero es que me encanta el chocolate.
- Allegra, te prometo que yo seré el hombre más rico de este país,  incluso más que el mismísimo presidente. Espera a que empiece a crear diamantes y luego romper la máquina para que nadie más sepa como lo he hecho. Ya tendríamos la vida hecha. Tú piénsalo, sólo con un diamante tendríamos para comprarnos un perrete, una casa, un coche...
- Oye, Allegra, soy yo... ¿O me acabas de llamar animal?- mira hay que admitirlo, es una chica lista. Pero mi hermana a veces​ procesa lento la información.
- Mira papá, tu céntrate ahora en limpiar el salón que mamá va a llegar en una hora muy cansada.  - No soportaba oír más todas esas estafas que salían disparadas por su boca.
Mi madre trabajaba diez horas al día para mantener a esta humilde familia. Bueno humildes hijas y medio humilde marido.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2017 ⏰

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