Habíamos ganado.
Nuestro equipo ganó con el último touchdown que Ian metió. Todos en las gradas comenzamos a gritar y a saltar de alegría. Incluso Alex, la cual llegó casi a mitad de partido y está más que perdida que yo.
—Nunca pensé que serían tan buenos, carajo! —Exclama mi mejor amiga, entusiasmada por el partido—. Creo que de ahora en adelante, vendré a darles apoyo.
Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza. Los jugadores después de festejar, se fueron para ducharse y luego para reunirse con nosotros; Alex y yo estábamos dentro de mi auto mientras nos terminábamos las palomitas de maíz que habíamos comprado en el partido, podía ver como algunos niños estaban caminando cerca del estacionamiento disfrazados, en busca de una casa para pedir dulces. Nunca fui una persona que festejaba Halloween, mamá piensa que es algo inútil y todavía lo piensa, es por eso que jamás salí a pedir dulces o hacer travesuras, además con la infancia que tuve, deje de hacerme ilusiones de algún día poder ser como mis demás amigos.
—Me gusta tu disfraz, es muy único.
Alex dice, dejándose caer en el asiento de pasajero. La verdad es que estaba más que satisfecha con mi disfraz, pero Alex se había pasado con el suyo, iba disfrazada de una sexy animadora y yo sabía porque se había disfrazado así, es porque Kendall se lo pidió. El chico era demasiado posesivo con mi amiga, pero Alex no era tonta, simplemente le hizo caso porque es un fetiche demasiado extraño de ella.
—También me gusta el tuyo —le sonrío—. Te ves demasiado provocativa, Alex.
Mi mejor amiga puso los ojos en blanco.
—Deja de obsesionarte con los cuerpos, Charlotte. ¿Crees que no lo he notado? Has bajado increíblemente de pedo en estos dos meses, ¡mírate! Estas más buena que yo.
Me sentí satisfecha con eso. En estos dos meses había bajado de peso, comer menos y salir a correr dos veces al día me había ayudado demasiado. Alex piensa que me estoy obsesionando con mi peso, y en una cierta parte tiene razón, pero no lo hacía diariamente, hay días como ahora que no estoy tan preocupada en cómo me veo, y también no me sentía mal por comerme las palomitas de maíz, aunque caro, mañana por la mañana saldría a quemar las calorías. Lo tenía todo bajo control, es solo que ella no se percataba de eso.
—Si tú lo dices —le respondo después de un rato.
A través de la ventana, vi que Jake junto con Ian se iban aproximando hasta mi auto. Le hago una señal a Alex y las dos nos salimos. Jake iba vestido como Sheldon: llevaba una camisa de Flash puesta, debía de admitir que sus bíceps se remarcaban, pero aparte rápidamente la vista. Se había puesto unos pantalones de cuadros de un color verde militar y no me creí que llevara tenis blancos. Su cabello negro estaba peinado de lado, quise aguntarme ma risa, pero fue imposible.
—Ríete todo lo que quieras, pero tú no te quedas atrás.
—¡Te ves genial! —dije riéndome.
El chico puso los ojos en blanco y se me acercó. Ian, por otro lado, no iba disfrazafo, llevaba la ropa que siempre suele utilizar. Alex enmarcó una ceja y lo miró.
—¿De que estas disfrazado?
—De mí mismo.
Alex abrió y cerró la boca.
La casa era enorme en donde se iba a llevar a cabo la fiesta, era mucho más grande que la de Dylan. Los árboles están cubiertos de papel higiénico mientras que en la entrada estaba lleno de telarañas y decoraciones por la fecha. Jake a mi lado, rodeó mis hombros con su brazo y me pegó a su duro cuerpo, casi suelto una maldición.
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El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.
RomansaCharlotte Montgomery sufrió muchas cosas cuando era solo una niña, desde el divorcio de sus padres hasta la muerte de uno de ellos. Luego de siete años, su madre decide seguir con su vida, tomando una decisión para ambas. Angela Montgomery se compro...