El día de tu cumpleaños, un gran día, ¿no? Un gran día para todos menos para mí.
Por mucho que intentes entenderlo, no vas a poder así que voy a explicártelo.
Habría que irse al trágico 21 de diciembre:-¡Por fin ha llegado! ¡El día ya está aquí! ¡Qué nervios! - le dije yo a mi madre nada más levantarme.
-Sé que tu decimosexto cumpleaños es importante pero...¡Tú tranquila! - me dijo mi madre- Feliz cumpleaños cariño- dijo ella mientras me daba un beso.
-Gracias mamá-le respondí
A mí lo que más me apetecía no era la parte de cumplir años si no... ¡que lo iba a celebrar por primera vez sin mis padres y con mis amigas!
Desayuné con más ganas de las que he tenido en toda mi vida, lo único que quería era que el tiempo pasase rápido. ¡Qué ingenua era yo en esos momentos!
Yo estaba pensando en mis cosas cuando mi madre me dijo:
- ¡Venga Martina! ¡Hora de ducharse!
Eso significaba que ya eran las 10.Salí de la ducha dispuesta a contestar a miles de mensajes felicitándome por mi cumpleaños pero a mi sorpresa no había ningún mensaje.
- No se habrán despertado todavía- me dije a mi misma. Y seguí con mi vida.
Me puse mi camiseta preferida,mi falda negra y mis tacones (me los pongo porque soy bastante baja) y salí a la calle para irme hacia la casa de mi abuela.
Cuando llegué allí me dijeron que mi abuela se había ido de paseo, y lo único que se me ocurrió fue:
-¿Mi abuela? ¿De paseo?
Todo estaba siendo muy raro. Pero no me daba cuenta porque estaba emocionadísima. ¡Dios, estaba ciega! ¿Cómo no me di cuenta?
En vez de lamentarme, voy a continuar con la historia.
Volví a mi casa y ya se hicieron las 12