Capítulo 18. -Explicaciones.

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(Este capítulo hablará de Rubén y Mangel, para explicar algunas cosas, como la forma en la que Mangel se siente con todo lo que pasó. En el próximo se sabrá qué pasó con Ryan)

Mangel estaba detrás de Rubén y él sólo trataba de calmarse para no armar un drama de nuevo. De verdad no le gustaba pelear con su mejor amigo, pero sentía que él no ponía de su parte.

¿Cómo se le ocurría contestar una llamada de su "Amigo noruego" justamente cuando el día debía ser de los dos nada más? Claro que Rubén entendía que sus amigos tuvieran a otras personas y no es que fuera un egoísta sino que entendía que esto se estaba volviendo muy importante para Mangel.

-Ven, déjame explicarte. –Lo tomó del brazo para hacerlo voltear. –No te molestes, escúchame primero. –Pidió suplicante.

Rubén hizo una mueca, no le emocionaba para nada oírlo hablar de ese chico. Pensaba que podía ser de esos celos que no te dan ni cuando te gusta alguien, sentir celos por un mejor amigo podía ser cinco veces peor si se trata de alguien con quién has compartido todo. Si, debía ser eso, celos de mejor amigo.

El castaño miró al menor y notó que de verdad necesitaba ser escuchado. Asintió pesadamente y una pequeña sonrisa de asomó en el rostro de Mangel, de esas tan tiernas y hermosas que contagian al instante. Ambos se sentaron, uno al lado del otro y el pelinegro se acomodó para comenzar a contarle a Rubén acerca de R.A.

-Mira, yo no sé ni cómo empezamos a hablar él y yo, lo que sé es que nunca podía hablar realmente contigo, que te extrañé demasiado, fue de esa época en la que sólo salías con tu novia. No te había contado esto, pero el día en que me dijiste que... -Pausó un momento reordenando sus ideas. –Pues, que tenías novia tuve esa sensación incómoda porque siempre habíamos sido tú y yo. Entonces comenzó a ser "Rubius, Irina y Mangel" y luego sólo "Rubius e Irina".

Rubén escuchaba con atención cada palabra del andaluz y en el lugar donde había rabia ahora comenzaba a sentir culpabilidad.

-Yo sé que no puedo pedirte que no tengas novia y no lo hice, ni siquiera te dije que cambiaras el tema cuando ibas a visitarme sólo para hablarme de ella. "Irina y yo esto..." "Irina y yo lo otro" Dios, me sentí reemplazado y no sólo eso, por un momento dejé de considerarte el mejor de mis amigos porque prácticamente no hablabas conmigo. –Tomó aire. –No me había dado cuenta de lo mucho que dependía de ti, de lo que dijeras, de lo que opinaras. En ese tiempo que me alejé de ti comencé a salir con Cheeto, con Alex, con mis demás amigos.

El castaño nunca había oído a Mangel hablar así, en todos los años que llevaba conociéndolo, casi todo era una broma, un chiste o un juego. No podía contradecirle porque era cierto, lo había tratado de una manera en la que no debería tratarse a un amigo.

-No es que no me caiga bien Irina, de hecho, ella siempre ha sido tan linda conmigo y está completamente justificado que estés enamorado de ella. –Las últimas palabras salieron un poco amargas y no sabía por qué, pero no le dio mucha importancia. –Pero no puedo estar sentado esperando a que quieras estar conmigo.

-Si me di cuenta de que estabas diferente, pero no tenía idea de que era por eso. –Comentó Rubén en voz baja.

-Crecí un poco más en ese tiempo y dejé de depender de lo que tú querías, no era porque estuviera amargado, sino que en algún momento tendría que acostumbrarme a que no estuvieras ya en cada paso que daba. Si hasta me reconocen en la calle la mayoría de veces por ser tu amigo, ven mi canal como una extensión del tuyo, es algo enfermizo e incómodo. –Se desahogó con indignación en la voz.

El de ojos verdes puso su mano sobre la de él para que se calmara un poco y respirara profundo.

-Una noche jugaba algo tonto online que me recomendaron en Twitter y lo conocí. –Sonrió recordando. - Su nombre de usuario era el mismo con el que lo agendé cuando comenzamos a hablar casi a diario. Se sentía bien que alguien tuviera tiempo para mí ¿Entiendes? Él no me veía como todos lo hacían, ni siquiera sabe que soy Youtuber o que soy tu amigo. –En ese punto Rubén tenía que contener la horrible sensación que se asentaba en su estómago. –Sí, me siento mal porque por un momento pensé que podría ser algo como lo que tú eres para mí, porque de verdad extrañaba ese tiempo en el que hablábamos siempre, a pesar de la distancia y de todo.

El castaño mordió su labio apenado sin saber qué decirle a su amigo en medio de aquella confesión.

-¿Pensaste en reemplazarme? –Esa pregunta denotaba por completo lo dolido que estaba.

-No sé si en reemplazarte, pero si en tener un amigo de nuevo. –Respondió el andaluz. –El punto es que lo necesité una gran cantidad de veces y él estuvo allí, comprende que yo también quiero estar para él cuando me necesite. Me acaba de llamar triste por algo y no tengo idea de qué se trata. –Pasó una mano por su cabello.

-Comprendo. -Dijo compasivo. -Pero aún necesito preguntarte algo.

-Dime.

-¿Si lo llegaste a sentir como a mí? Ya sabes, a ésta manera, a nuestra manera. –No tenía muy claro como expresarse, pero su amigo entendió perfectamente a qué se refería y desvió un poco la mirada para no verlo directamente. –Mangel mírame.

El pelinegro le hizo caso y volvió sus ojos a él.

-Pues a ti te conozco de hace más tiempo. –Respondió el andaluz inseguro de qué responder y Rubén rodó los ojos.

-No, estúpido, quiero decir que quiero que me digas que soy el único hombre que puede hacerte dudar de tu sexualidad. –Dio espacio para una broma y Mangel no pudo evitar reírse.

-Hasta el momento sí, eres el único hombre al que he besado. –Respondió él con humor y mirándolo tiernamente tomó la cara de Rubén con sus manos y se acercó a él, como en las películas, lenta y dramáticamente.

Rubén se sentía algo incómodo porque no solían hacer eso cuando no había cámaras alrededor, sus manos sudaban inconscientemente al igual que sus ojos querían cerrarse y pensar que de alguna manera iba a suceder.

Pero no, estando muy cerca Mangel comenzó a reír y le plantó un beso en la frente.

Rubén fingió reír pero se sentía confundido y no paraba de preguntarse en qué estaba pensando. Esas cosas no solían suceder, incluso se reía las veces en que las fans insinuaban que le podría llegar a interesar su amigo de otra manera. Lo que acababa de suceder, en su mente se trataba de un mal chiste, algo básicamente tonto.

Continuará...


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