Capítulo 3: Reagrupación

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La gente ovacionaba a una mujer, una mujer de tés morena, la cual había sobrevivido a la crisis y había ayudado a reconstruir el mundo, April Damiak era el nombre de aquella mujer, la cual era solicitada por el público, quien le aplaudía y le admiraban mucho.

– Usen esta marca deportiva, les ayudará a sobrevivir a otro apocalipsis, la marca de los campeones – anunció April al aplauso de todos.

El público le aplaudió hasta cansarse, dio unas cuantas palabras para animarlos y luego se retiró, odiaba hacer eso, sin embargo le pagaban muy bien por ello, prefería su antigua profesión.

Fue a dar a un lugar muy especial para ella, un lugar algo derrumbado, se veía muy viejo, era el viejo centro de boxeo de aquella ciudad, recordaba sus mejores momentos como peleadora de esa disciplina, estaba recargada en las viejas cuerdas de aquel ring de pelea.

– Quien quiera que este ahí, retírese por favor – comentó April.

– Vaya, haz notado mi presencia, se ve que no has cambiado en nada – respondió una misteriosa voz.

– ¿Quién eres? Escucha, ¿eres un viejo fanático? – preguntó April.

– Podría decirse – contestó la voz.

– Ha, cuanto tiempo, Luke, me sorprende que me visites – sonrió levemente April.

– Me has reconocido – dijo Luke mientras llegaba a ella entre piruetas ninja.

– ¿Qué es esa cosa que llevas puesta? Con un simple outfit era más que suficiente, es tu traje de héroe ¿cierto? – cuestionó April.

– Es un simple traje de ninja, generalmente contienen muchas armas ocultas, pero a este le he quitado las suyas – respondió Luke.

– ¿Qué te trae por aquí? Muchos te creen muerto – comentó April.

– Lo se, al parecer tu sabías que no lo estaba... pero bueno, solo vengo a decirte que vengas a la azotea del edificio Hook mañana por la noche – mencionó Luke.

– Por favor, te he visto morir y regresar de la muerte cientos de veces, sabía que no estabas muerto, ahí estaré – respondió April, pero Luke había desaparecido.

Ashley estaba terminando su trabajo, realmente estaba muy cansada, veía que le faltaba poco y se ponía ansiosa, pues quería acabar lo más rápido posible su trabajo para irse a descansar.

Finalmente acabó los reportes, se sintió muy bien y se dispuso a irse a su casa, se estiró y todo le tronó, pues había estado sentada por mucho tiempo, se dispuso a ir a su casa.

De repente, escuchó un ruido, fue a revisar pero no encontró nada, no le tomó importancia y salió de la base, una vez afuera escuchó como se caían pedazos de metal, volteó y no había nadie, entonces detrás de ella se escuchó una voz muy misteriosa.

– Ashley... – dijo La voz misteriosa.

Ashley estaba muerta de miedo, volteaba poco a poco atrás, realmente no quería mirar, pero debía averiguar de que se trataba, que era lo que la llamaba por su nombre.

Al voltear gritó, pues lo que vio fue a un hombre encapuchado, que no daba vista a su rostro, realmente se había asustado Ashley.

– Tranquilízate Ashley, no debes alarmarte – trató de calmarla la voz.

– No se quien sea usted, señor fantasma, pero por favor no me haga nada, no he hecho nada malo – suplicaba Ashley.

– No vengo a hacerte nada malo – explicó la voz.

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