Me levanté contenta, era un domingo soleado. Abrí la ventana con cuidado de no hacer ningún ruido que pueda despertar a mi amiga y sonreí a la entrada de una brisa refrescante. Miami en esta época del año era insoportable y estar tanto tiempo encerrada con aires acondicionados me ahogaba así que aprovechaba cada momento posible para respirar aire fresco.
Hoy era el día de las llamadas (se podía llamar tranquilamente a familiares y amigos sin tener que ir a dirección más tarde) y también, más importante, el día que llegaba el correo.
Como cualquier hermana emocionada cada domingo corría a ver si mi "querido" hermano se acordaba de mi existencia, cosa que desde años no pasa, y se dignaba de mandarme una carta. Javier era el único familiar "cercano" que me quedaba, y aunque hacia años no me contactaba con él, no perdía mis esperanzas.
Me cambié rápidamente y bajé a la recepción. Eran aproximadamente las nueve de la mañana y no había casi nadie en los pasillos. No me sorprendía, los sábados por las noches eran los días de fiesta asegurados ya que no había actividades extracurriculares al día siguiente y todos aprovechaban a quedarse hasta lo más tarde posible.
- Buenos días Aqua – habló la muchacha de aproximadamente treinta años de edad que se encontraba tras el mostrador. Su pelo rojizo estaba en una prolija trenza que caía sobre su hombro derecho, y esto, sumado con sus pequeñas y dulces pecas la hacían parecer mucho más chica de lo que era. Lanie era una de las recepcionistas del instituto y posiblemente la más simpáticas de todas.
- Buen día, Lanie - hablé con una sonrisa en la cara – ¿Has visto que ha bajado un poco la temperatura? Gracias a Dios, el calor me estaba matando-.
La chica río. Era una dulzura, y pensar que mis compañeros siempre se divertían intimidándola y haciéndola poner incómoda para después burlarse.
- Ni que lo digas, no sé qué haríamos sin el aire - habló mientras tecleaba algo en la computadora - ¿Me recuerdas tu número de habitación? Ayer reseteamos el sistema y se borró todo el historial de pedidos-.
- 1015, si puedes dame lo de mi compañera de habitación también - pedí - así ya que estoy subo el de las dos-.
- Claro como desees, ¿me dices su nombre completo por favor? -.
Dudé un segundo no muy segura de la respuesta.
- Bluemarine Torres-.
Lanie terminó de teclear y se puso a revolver algo bajo el mostrador. Después de unos segundos sacó una pequeña caja con la palabra "frágil" en rojo y una carta extremadamente perfumada que decía "Aquacita" escrito a mano con un rosa casi fluorescente.
Miré las cosas sorprendida. De todos los años que venía jamás había recibido algo. Mi corazón se aceleró de la emoción ¿Sería de mi hermano? ¿Me vendría a visitar? ¿O me pediría que me vaya a vivir con él? Sabía que ilusionarme no era lo mejor, pero era tarde, ya estaba más ilusionada que nunca.
- La caja es para tu amiga y la carta para ti - me informó la chica, pero no le di mucha atención, yo ya estaba a punto de llorar de la emoción - Y necesito que me firmes aquí, es para dejar marcado que has retirado la correspondencia ¿está bien? -.
Yo asentí casi automáticamente. ¿Javier me había mandado una carta?
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Me moví inquieta en la habitación. Ya se me había ido la emoción y ahora lo que tenía era miedo. ¿Por qué después de tanto tiempo ahora me escribe? ¿Le habría pasado algo? Mira si leía algo que no debería leer y después no había forma de sacarlo de mi mente.
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Una Historia de Sirenas (En Edición)
FantasyTu mayor sueño se hace realidad, después de una noche toda tu vida cambia. ¿Si lo que soñaste desde tu infancia es real? ¿Si descubrís que la vida bajo el mar es real? ¿Si las SIRENAS son reales? ¿Aceptarías cambiar toda tu vida por un sueño casi im...