P R E M A T U R O

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Una disculpa, espero que ahora si salga completo el capitulo >:v

Esa noche en casa de Otabek, no pude dormir. Daba vueltas y vueltas sobre la cama sin encontrar una posición cómoda para descansar.
Mis pensamientos y recuerdos no ayudaban mucho, el miedo, la incertidumbre se apoderan de mi cabeza a cada momento y es insoportable.

Me levanté con mucha dificultad, viendo la hora del reloj de la pared, 3:50 de la mañana. Muy bien, eso está muy bien.

El tiempo restante me la pasé dando vueltas en la habitación no muy grande, no había mucho que observar de todas formas.

Y sin darme cuenta, desperté en el sofá de la sala. No recuerdo como llegué ni a qué hora más dormí. Simplemente, sé que me duele la cabeza y siento un sudor frío recorrer todo mi cuerpo.
Pronto cumpliría los 7 meses, las últimas etapas son las más complicadas de todo el embarazo, este tiempo determina si mi hijo nacerá o no.

Tengo miedo y Victor no está conmigo.

—Buen día —saludó Otabek entrando por la puerta principal, viste de una ropa deportiva. Lo más seguro es que se fue a correr desde muy temprano.

Él, al darse cuenta que me sentía muy mal, de acercó posicionando su mano sobre mi frente y mis mejillas.

Sin darme cuenta, mi respiración se volvió irregular y tenía unos dolores muy bajos en la parte de la pancita.

—Tienes fiebre, llamaré a un doctor y a los demás —el dolor aumentaba considerablemente, no podía parar de sentirlo.

—A-ayuda, p-por favor... —pedí jadeante. ¿Qué me está pasando?

...

—Katia... —susurró mi madre. Mientras me miraba a mi y a ella sin saber que hacer.

Katia se acercó para poder abrazarla cálidamente, como si ellas fueran grandes amigas de hace años. Madre no correspondió, no sabía que hacer y verla en ese estado era realmente extraño.

Madre siempre mantenía la compostura, en cualquier situación. Incluso cuando padre llegaba de casa después de un mal día de trabajo, soportar los gritos y golpes de ese hombre, a pesar de eso ella siempre sonreía y sabia que hacer, pero ahora solo muestra su debilidad ante una persona que no vale la pena.

Después de abrazarla, Katia se puso frente a mi con una tímida sonrisa, mirando hacia cualquier lugar menos mi rostro, se veía apenada y un poco cohibida. Jugaba con sus manos mientras esperaba a que dijera algo, claramente no era una bienvenida pero padre le hizo creer lo contrario.

—Creí que... —empezó a decir apresurada. Mientras sus  adaptan un color carmesí haciendo notar su nerviosismo—. Nunca podrías perdonarme, pero ahora estamos frente a frente de nuevo, juntos, a punto de casarnos...

Yo no debería casarme con ella, yo solo vivo para Yuri. Aquel que está esperando un hijo nuestro, fruto de nuestro amor y mutua compañía. No podía dejarlo botado como si nada, lo que menos quiero hacer es dañarlo. Lo amo tanto, que a pesar de todo seguiré siendo fiel hasta el último momento de mi vida.

Antes de decir algo, fui interrumpido por mi sentido común. Puede que no debería despreciar del todo a Katia, ella es la única solución viable para poder salir sin ningunos problema de casa y poder reunirme con Yuri. Sé que es jugar con los sentimientos de otras personas, pero a veces es necesario hacer hasta lo imposible por salvar lo que realmente uno aprecia.

—Ha pasado tiempo —dije indiferente ante la vergüenza de Katia—. Pasen, es momento de la comida.

Ellos entraron gustosos, deleitándose con la vista dentro de la casa. Miré a mi madre quien sólo podía mirar a otro lado de lo apenada que estaba por no saber que hacer. La tomé del hombro para llamar su atención y le sonreí para indicarle que no había problema.

Y fui directo con Katia.

—Siempre que vengo a visitar me sorprendo de lo grande que es ésta estancia —puntualizó divertida. Mientras llegaba al sofá de la sala y se sentaba cómodamente mirando al rededor.

—Oye, ¿no deseas dar un paseo por la ciudad? —si me escapo en un transcurso de 4 minutos en busca de un teléfono para llamar a Yuri no levantaré sospechas y la única forma de conseguir salir es por medio de Katia.

—¿Cómo una cita? —preguntó entusiasmada. Bien, puedo salir sin ningún problema de casa.

—Sabes que no me gusta ir tan rápido —ella asintió preocupada. Mientras tomaba un poco de té que habían servido.

Ambos subimos a su coche y pude salir de casa. El viaje transcurrió al rededor de 15 minutos hasta que por fin pudimos llegar al centro de la ciudad.
Bajamos del coche y ella insistió en pedir que fuéramos a tomar un café, lo cual acepté. Entramos al lugar y ella escogió unos lugares apartados de los demás.

—¿No te trae recuerdos de nuestra primera cita formal? —dijo alegre y pensativa.

—Hay cosas que uno no olvida —siempre contestaba sin dar nada, ni falsas esperanzas ni una ofensa—. Disculpa, tengo que ir al sanitario.

Me levanté  fui directo con un camarero a donde ella no tuviera vista de eso. Pedí prestado el teléfono y él joven aceptó, guiándome a donde estaba, así que marqué al número de celular de Yuri.

...

—¡N-no soporto más! —todo mi cuerpo dolía, mi cabeza estaba a punto de explotar y la sangre no para de salir por el ano. Otabek intentaba mantener la cordura mientras llegaba la ambulancia o Yurio, quien fuera primero.

Mi celular comenzó a sonar al ritmo de la melodía escogida y usada únicamente para Victor. .

—O-Otabek... m-mi te-léfono —él dudó en si dármelo o no, pero decidió hacerlo.

Contesté a como pude, mis labios y garganta estaban  secas pero eso no importaba, quería escuchar la voz de Victor.

—¿V-Victor? —dije al fin.

—Te encontré —.

Una disculpa por no actualizar antes, pero la uni me consume la vida xD aun así, gracias por su paciencia e.e

Gracias por leer

Hanarezuni soba ni ite / Sólo quedate a mi lado (Yuri On Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora