Parte única

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Yoongi observaba en silencio, escondido detrás de la puerta para que Hoseok no le viera. No apartaba la mirada del cuerpo del menor, atontado por sus movimientos, por cómo seguía el ritmo de la música, con los ojos cerrados y una sonrisa casi imperceptible en el rostro. Tragó con fuerza, observando desde sus pies, que se movían con profesionalidad, hasta su pelo, oculto bajo una gorra, sin casi ni parpadear.

La primera vez que esto pasó fue hacía tres años, cuando aún no habían debutado. Yoongi se había dejado sus auriculares en la sala de ensayo y volvía para recuperarlos cuando oyó la música. Confundido, abrió la puerta ligeramente, para encontrarse a Hoseok bailando al ritmo de una canción lenta. Se había quedado embobado viendo sus movimientos, lentos y seductores, y no había podido apartar la mirada hasta que la música no cesó, y con ella Hoseok, que se dejó caer en el suelo con un suspiro.

Yoongi volvió a casa sin sus auriculares ese día, y volvía siempre que podía después de sus ensayos para tener su sesión de Hoseok.

Recordando ese primer día no se había dado cuenta de cómo la música había dejado de sonar, y menos aún de cómo el menor se había acercado a la puerta, medio abierta, abriéndola por completo y descubriéndole ahí.

-¿Yoongi hyung? - preguntó, haciendo que él se sobresaltara, mirándole con los ojos abiertos.

-Hoseok... Eh... Yo... - sintió cómo se iba sonrojando lentamente al ver la sonrisa burlesca del menor, que se apoyó al marco de la puerta con los brazos cruzados, mirándolo fijamente.

-¿Te ha gustado el baile de hoy? - preguntó Hoseok, sin borrar la sonrisa de su rostro.

-¿Eh...? No, yo solo... - se aclaró la garganta y puso su rostro inexpresivo, intentando esconder su nerviosismo -. Me he dejado mi gorra, así que venía a buscarla.

-¿Y por qué llevas diez minutos aquí parado, entonces?

-No quería interrumpir.

-Ya - Hoseok soltó una carcajada y se apartó de la puerta, por lo que entró a toda prisa, buscando la gorra que minutos antes se había dejado expresamente.

Oyó la puerta cerrarse y segundos después unos brazos lo rodearon por la cintura, haciendo que se tensara.

-¿Qué haces? - preguntó, sin ser capaz de moverse.

-Ya que estás aquí, ahora debes bailar conmigo, Yoongi hyung - sentir el aliento de Hoseok en su cuello hizo que un escalofrío le recorriera de pies a cabeza.

-¿Qué? Sabes que no sé bailar, mocoso. ¿Acaso quieres hacerme quedar en ridículo?

-¡Claro que no, hyung! Solo pensaba que después de observarme tanto, habrías aprendido algo y podríamos ponerlo en práctica.

Se soltó del agarre del menor, girándose hacia él, con el rostro más pálido de lo que normalmente ya estaba y el estómago revuelto.

-¿A que te...?

-Yoongi hyung, es imposible no notar tu mirada y tu presencia en una sala - la voz de Hoseok se hizo unos tonos más grave, mientras sus miradas conectaban.

Yoongi se sonrojó otra vez, ridiculizado frente al hecho de que le hubieran descubierto. Bajó la mirada, pensando en qué decir, cuando sintió un tirón en su brazo.

Hoseok lo arrastró hasta el centro de la sala de ensayo, obligándole a quedarse allí sin moverse mientras se acercaba a su teléfono. Segundos después la canción lenta de hace tres años empezó a sonar por los altavoces, y el menor se acercó lentamente, con una media sonrisa en el rostro, torturando a su mayor.

Llegó a su lado y le agarró por la cintura con una mano, acercándolo a su cuerpo. Su otra mano buscó la de Yoongi, y entrelazó sus dedos con suavidad.

Yoongi se quedó paralizado, sin poder apartar su mirada de los ojos de Hoseok, que ocultaban un brillo peculiar. La mano que el menor tenía en su cintura cogió su otra mano y la colocó en su hombro, para después volver a su posición inicial.

-Relájate y sígueme, hyung - susurró Hoseok, antes de empezara a moverse.

Se mecían lentamente de lado a lado, moviendo pausadamente los pies y sin apartar los ojos el uno del otro.

La canción seguía avanzando y ninguno de los dos decía nada. Yoongi seguía en shock y no entendía qué pasaba, mientras que Hoseok no podía evitar pensar en lo tierno que se veía su hyung sonrojado.

La canción terminó y volvió a empezar, y en ese momento Yoongi pisó a Hoseok sin querer, logrando que soltara un pequeño gruñido.

-¡Lo siento! - se disculpó, mirándole con preocupación.

Hoseok rió, negando con la cabeza.

-No pasa nada, hyung, pon ambos pies encima de los míos.

-¿Eh? Pero... - no pudo acabar la frase porque Hoseok lo acercó, haciendo que sus pies pisaran los del menor y quedando así aún más cerca, tanto que podía sentir el aliento de Hoseok sobre sus labios. Bailaron en esa posición durante unos minutos, con Hoseok dando pasos pequeños al ritmo de la música y Yoongi aferrándose fuertemente a su cuello para no caer, con la mirada gacha.

-Yoongi hyung - murmuró el menor, buscando sus ojos. Él levantó la vista lentamente, encontrándose de nuevo con ese extraño brillo en los del menor -. ¿Por qué me observabas?

-Yo... - intentó evitar su mirada, pero no lo logró. Ya le había descubierto, pensó, así que, ¿por qué no decirle toda la verdad? - Me gusta verte bailar. Cuando bailas cierras los ojos y te pierdes en la música. Parece que no prestes atención a nada más a tu alrededor, tu cuerpo simplemente se mueve como si estuviera hecho para seguir la canción y hace que no pueda apartar la mirada. Al principio creía que era solo como cuando veo videos de hip-hop, pero poco a poco mi corazón fue acelerándose cada vez que te veía bailar, y se convirtió en una necesidad el venir a verte después de cada ensayo.

Vió como el menor se sonrojaba violentamente antes de sonreír y dejarle de nuevo en el suelo. Agarró sus mejillas con ambas manos y juntó sus labios suavemente.

Yoongi abrió los ojos, sorprendido, pero no se apartó, al contrario, agarró la camiseta de Hoseok con fuerza y le devolvió el beso, cerrando los ojos.

Los labios de Hoseok eran suaves y sabían a fresa, y se movían lentamente sobre los suyos, disfrutando de cada segundo. Se separaron minutos después y juntó su frente con la del menor, abriendo los ojos. Vió que él sonreía, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada, y no pudo evitar volver a juntar sus labios tímidamente en un roce de labios suave y corto.

Hoseok abrió así los ojos, mirándole directamente, y le abrazó con fuerza, levantándole del suelo.

-¿Por qué eres tan tierno, hyung? - preguntó, girando con él en brazos.

-¡Yah! - gritó, sin borrar su sonrisa - ¡Bájame, mocoso!

El menor no le hizo caso, sino que le agarró más fuerte contra su cuerpo.

-¡Bájame o no vuelvo a bailar contigo! - le amenazó, y entonces sí que paró y volvió a dejarle en el suelo, con una sonrisa en el rostro.

-Sabes que no podrías evitarlo, soy demasiado irresistible.

-Cierto.

Y se fundieron en otro beso, más apasionado que los anteriores, lleno de sonrisas y pequeños mordiscos.


Sinceramente, no sé qué es esto.

DANCE WITH ME - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora