Capitulo XVII

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No sabía si lo que estaba sintiendo estaba bien, pero no deseaba alejarse de aquel lugar, el lugar al cual pertenecía desde antes que naciera, porque los delgados brazos de Jacob lo aferraban con fuerza, una fuerza que solo él, como su pareja podía soportar.

Enterró su rostro en la curvatura del cuello del menor, lentamente atravesó aquella delicada piel con sus colmillos, tan solo unos pocos milímetros y aquella sangre, tan roja y brillante, tan dulce, atravesó por su garganta, cayendo como su primer alimento. La única sangre que se permitiría probar. Besó los delicados labios del menor, haciendo que su pequeño lobo probara la sangre que aún se encontraba en su sabor, y sonrió juguetón al ver como fruncía su ceño, volvió a acostar su cabeza sobre el pecho desnudo de su lobo, mientras observaba algún punto fijo en la pared de aquella habitación.

Aferró el cuerpo del menor entre sus brazos, mientras cerraba lentamente sus ojos, podía sentir como su padre y Emmet se encontraban en sus habitaciones con sus respectivas parejas, talvez en algún momento decidieron reunirse en la sala y pasar un tiempo juntos, pero sabía que ninguno de ellos tenía la intención de abandonar los cálidos brazos de sus parejas.

Nunca pensó que su pareja destinada se encontraba a varios años de distancia, saber que tuvo que pasar demasiadas décadas viviendo solo, llevando aquella carga en su cuerpo, la muerte de sus padres, pensar que se sintió enfermo cuando dejó a Lara en aquel tiempo. Y ahí estaba nuevamente, su mente empezaba a oscurecerse.

Pero como si Jacob hubiese sentido aquel remolino de emociones, empezó a removerse ligeramente, no deseaba despertar, ni mucho menos salir de su cama, sus mejillas se tiñeron rápidamente de un fuerte carmín al ver aquellas dos gemas ámbar brillar por él. Lentamente una pequeña sonrisa se plantó en su rostro, y se dio el lujo de pasar lentamente sus dedos por el cabello revoloteado de su otra mitad. Sintiéndose complacido cuando el mayor regresó a su regazo.

-¿Alguna pesadilla? -Ed quiso negar, pero sabía que era imposible hacerlo cuando su alma gemela podía leer cada una de sus emociones. Y tampoco no tenía ganas de ocultarle sus emociones.

-Estuve recordando. -Jacob no dejó de acariciar sus cabellos, podía sentir el corazón del menor latir tranquilamente, dándole aquella confianza que necesitaba. -Recordaba aquella época en la que mis verdaderos padres fallecieron, y que tuve que abandonar a todas las personas que conocía.

El menor no dijo nada, claro. Sabía a quién se refería, pero no podía evitar sentirse frustrado y celoso al saber quién había sido el primer amor de su imprimación.

-Pero sabes qué. -El menor negó lentamente, dejando que Edward se colocara a su altura, se sintió calmado cuando el mayor acarició tiernamente su mejilla. -No me arrepiento de nada, si hubiese sabido que mi alma gemela iba a estar en esta época, pasaría aquella penuria una y otra vez.

-Yo... yo no quiero que sufras.

-Nunca lo haría. -Ed se acercó a los labios del menor, dándole su segundo tierno beso del día. -Nunca lo haría a tu lado.

Jacob bajó las escaleras emocionado al sentir el aroma a tocino y huevos, pero se detuvo en el umbral de la puerta y lentamente una pequeña sonrisa se plantó en su rostro al ver como Carlise abrazaba a su padre -portador- de la cintura, mientras besaba el largo de su cuello.

-Buenos días. -Ágilmente Billy le soltó un golpe en el estómago al mayor al escuchar la voz de Emmet, los dos menores rieron divertidos al ver como sus padres empezaban una tonta discusión. -Saben que no es propio que los padres se muestren cariñosos al frente de sus hijos.

-Eso debería ir directamente para ti, hermanito. -Jake sonrió divertido al ver como Emmet ocultaba su rostro entre sus manos. Aquello parecía cada vez más a una familia, Jasper acariciando sus cabellos, Emmet siendo el hermano mayor, y Seth, su hermano de alma. Y Edward, su alma gemela.


Little pain  (yaoi-Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora