Rescatando parte de lo bueno que le ocurrió en su penoso día, Kim Tae Hyung regresó al jardín del patio trasero de la casa sólo para verse rodeado de aquellas plantas y flores. El dulce aroma era algo que lo calmaba y lo hacía sentir vivo. La muerte era su peor enemiga y lo que trataba de hacer en su día a día era combatirla.
Su madre le repetía siempre la misma frase, exactamente cuando ya no podía sentirse peor. El destino no se podía cambiar, según ella. Todos somos como un libro el cual ya tiene su final escrito. Y quizás podía ser cierto; Tae Hyung divagaba sobre ello siempre que su cabeza no estaba ocupada en otra cosa. Si el médico le dijo que tenía sólo meses, entonces le creería porque se suponía que un profesional podía darle la fecha exacta, como si fuera el escritor del libro de su vida, quien determinaba cuando su vida concluiría. Y si después de la muerte había algo más, lo tendría que comprobar.
Nadie solía estar a su lado cuando se sentía solo. Él lo prefería así de todos modos. Los días en la casa tan llena de gente no le molestaban. Su familia hablaba con él y lo animaba, pero ellos sonreían felices y él sólo fingía estarlo. No era fácil ver cómo los demás planeaban un futuro, y los de menos tacto se lo contaban como si fueran a hacer de las cosas más maravillosas jamás pensadas. Soñaban en grande y creían poder cumplir sus objetivos. Tae también una vez soñó. Quería ser actor y salir en las mejores películas, interpretar personajes de diferente carácter y diferentes épocas. Pero aquel sueño se rompió en el momento en que su doctor le dijo claro y con un tono de pésame que sólo tenía meses.
¿Cuanto podían durar esos meses dentro de su propia burbuja de tiempo? Quizás podrían parecer años o lo peor es que fueran como días en los que la hora volaba. Y en cierto modo el tiempo era así, en cuanto menos lo esperas algo llega.
En la noche, sentado en el banco de piedra del jardín, la brisa primaveral era agradable. Acariciaba sus cabellos suavemente y, con el brillar de las estrellas en el hermoso y oscuro cielo, Tae Hyung sentía esa libertad de poder disfrutar. Disfrutar de su tiempo, de la naturaleza, de terminar bien sus días. Sonaba tan fácil y era tan difícil de hacer.
—Dame más tiempo, por favor —miró hacia el cielo, elevando su rostro.
¿Con quién hablaba? Ni él lo sabía. A lo mejor las estrellas lo escuchaban y sentían el pesar y angustia en sus palabras. Los milagros no estaban descartados en su mente, y esperaba que algo lo salvara. No quería irse tan rápido. No quería dejar atrás su vida. Simplemente no.
—Hoy las estrellas iluminan de una manera hermosa —una voz lo distrajo. Una voz que conocía y siempre lo acompañaba—¿Qué tan difícil crees que sea alcanzarlas?
—No lo sé, cuando vaya al cielo te diré.
—Mira—el chico de cabello rubio alzó su mano hacia arriba junto a su mirada. Cerró un ojo y simuló agarrar una estrella—Así se sienten realmente cerca. Inténtalo.
Tae imitó el gesto del rubio. Elevó sus dos manos y abrió las palmas para luego cerrarlas. Sonrió de forma amplia, haciendo un ruido como si fuese un niño pequeño.
—¡Es cierto, Jin!—abrió y cerró su puño mientras movía sus manos atrapándolas imaginariamente —Tendré una gran colección de estrellas y serán sólo mías.
—Eres un egoísta, yo las iba a compartir contigo, me ofendes.
—Bueno, está bien—.Tae, con el puño cerrado, acercó su mano a la de Jin y allí la abrió para darle parte de las estrellas que atrapó —.Estas son para ti.
Ambos se miraron fijamente con un sonrisa mientras que el viento seguía soplando suavemente. Seok Jin acercó sus labios a la mejilla del muchacho, dejando allí un sutil beso.
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Amapolas [TaeJin]
FanfictionTae Hyung encontró en Seok Jin lo que necesitaba. 🌹 Un OneShot cualquiera 🌹Pareja: KTH + KSJ 🌹Género: Romántico Drama ©MintSugaIceCream 2017 ⚠NO copias NO adaptaciones.