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La lluvia caí ligeramente y le fue inevitable no sonreír ante el recuerdo de su primer encuentro.

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Era jueves y la lluvia caía a cántaros. Era jueves, el cielo caía y él lo tomaba en brazos. Era jueves y estaba empapado hasta los huesos, tenía frío y tenía que llegar a casa temprano. Era jueves y no le importo correr bajo la lluvia por horas.

Y, diablos, era jueves y le vio por primera vez.

Estaba todo empapado y con los huesos congelados, pero aún así sonrió al ver que no era el único que disfrutaba de la lluvia. Un chico, un poco más alto que él, se encontraba saltando sobre los charcos de agua, dando vueltas con los brazos abiertos; disfrutando del fresco ambiente mojado y la fresca brisa.

Rió por lo bajo al notar que el chico llevaba consigo un paraguas, el cual yacía tirado, abierto, a un lado de él. Se rió un poco más ya que si él llevase un paraguas con él, hubiese hecho lo mismo.

No se dio cuenta en que momento el chico había detenido todo movimiento y le miraba con atención, mientras el reía solo como un lunático.

Sus miradas se encontraron por una décima de segundo y sonrió. Dios, su sonrisa era tan hermosa y radiante. Los dos hoyuelos a cada lado de las comisuras de sus labios le causaron una sacudida a su corazón. Sonrió tontamente ante el nuevo sentimiento.

Se acercó a él mientras seguía hipnotizado por su bella sonrisa y hermosos hoyuelos.

―Hola. ―A pesar de que la lluvia caía fuertemente y el sonido de esta contra el pavimento apagaban cualquier otro sonido aparte del suyo mismo, le pudo escuchar.

―H-hola. ―Su timidez natural apareció y alejó la mirada de sus lindos ojos color chocolate, no sin antes dar una última y fugaz mirada a su sonrisa aún dibujada en sus labios.

―¿Necesitas algún paraguas? ―Le examinó: las ropas mojadas y el leve temblor que recorría su cuerpo.― Tengo uno “extra” por si lo necesitas. ―Hizo comillas con los dedos y sonrió al pronunciar la palabra 'extra'.

―Y-yo... Ah, esto... Oh, cl-claro. ―Levanto la mirada del suelo hasta las manos extendidas frente a su rostro: un paraguas abierto, transparente y con dibujos de arco iris y flores en él.―Gra-gracias. ―Cerró una de sus manos entorno al puño del paraguas, inevitablemente sus manos se tocaron en el acto.

Taehyung enrojeció. Y el chico frente a él sonrió.

―Woah, eres demasiado tierno. Mira, pareces un tomate. ―Rió, y su risa fue la melodía más hermosa que sus oídos escucharon jamás.― Tan lindo... ―Le observó interrogativo.

Tae fruncio un poco los labios, sin entender su mirada. Y entonces lo captó: su nombre.

―Ah, si. Taehyung, ese es mi nombre.

―Un placer. Hoseok, mi nombre.

Esa tarde lluviosa caminaron a casa de Tae, ya que quedaba a solo una cuadra del parque donde se conocieron. Esa tarde lluviosa Taehyung se prometió jamás olvidar ese día, y mucho menos al chico que la lluvia trajo con sigo.

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―¿En que piensas? ―Con una taza de café entre las manos y una sonrisa en los labios, le observó desde el umbral de la puerta.

―07/28 ―sonrió desde la ventana, mientras observaba la lluvia caer fuera de esta.

Fue suficiente para comprender. Hoseok tampoco olvidaría, nunca, ese hermoso día lluvioso. La lluvia le regalo algo más que sólo agua, le regalo lo más especial e importante en su vida, un hermoso chico de sonrisa rectangular.

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Yo, sinceramente, no sé que es esto. Solo lo escribí y así salió. Estoy feliz :'v
Ah, espero les guste.
Pd: viva el hopev/vhope!

rain ✨ hopev ‹drabble›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora