Hola, soy yo, sí, otra vez yo, por favor escúchame. Desde hace tiempo no hablamos, ¿sabes? Llevas ya bastante de aquí para allá una y otra vez y quiero saber si eres feliz. Como no volví a saber de ti quise averiguar si todo andaba bien. Te he observado por nuestra ventana y no te he visto sonreír, me preocupa no verte feliz. Quiero saber si me has pensado, si te has detenido a pensar en nuestras cosas, esas cosas de las que ya no me hablas, esas cosas que pensábamos hacer y nos hacían feliz, mil planes y alternativas para ponerlas en práctica pero parece ser que te has dedicado a matar lo nuestro y eso tiene que parar. ¿Recuerdas cuándo fue la última vez que fuimos felices? ¿por qué nunca pintamos un elefante? ¿qué pasó con nuestro cuaderno? ¿cuándo fue la última vez que lloramos como una bebé? Pareces ya una tortuga que no sale nunca de su caparazón y quiero saber qué tienes ahí dentro.
Todos los días voy detrás de ti caminando en la acera de enfrente y te veo evitando las farolas que iluminan el camino, ¿por qué? ¿qué pasa? te he llamado a gritos para que voltees a mirar hacia mí esperando a que me reconozcas pero tú siempre con esos audífonos de goma amarilla en tus oídos jamás escuchas nada. Hoy, con este día de sol y lluvia solo tengo muchos por qué para decirte, preguntarte y reclamarte. Reclamar tu abandono, reclamarte el que me ignores, reclamarte tu cara de aburrimiento, reclamarte esta vida y la otra, tu vida y la mía, nuestra vida que es una misma y estás dejando atrás sin importarte nada, sin importarte el que te estés consumiendo y yo cada vez esté más lejos.
¿J, en qué momento llegamos a este punto? ¿A qué hora te dejaste consumir de esta manera y me dejaste atrás? Por qué nunca te decidiste por mí, por ti, por un camino tal vez sea más difícil pero a la final más feliz, aunque, si lo piensas, J ¿no crees que has escogido el camino más difícil porque no eres feliz? Yo sé que estás deseando que todo se termine, llevarte una decepción llena de esperanza para que nos de la oportunidad de empezar desde cero. Yo te amo y por eso quiero que vuelvas a mí, quiero que volvamos a ser una, quiero que nos volvamos a entender, quiero que nuestros pasos se vuelvan a sincronizar y ya no tener que adivinar qué piensas, que nuestro pecho se revuelva. Necesito que estemos juntas en nuestro cuerpo frente al espejo. Deja de pelear conmigo, caminemos allá lejos en la frontera con el sol, con nuestro cabello desordenado, con nuestros tenis sucios, nuestro jean roto y ese saco negro de lana lleno de pelos de S. Estoy segura aquí muy dentro de mi corazón de que volverías a sonreír. Reconcíliate conmigo.
Con amor, J.
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Monólogo I: Desesperanza (lejos en la frontera con el sol).
Non-FictionJ amanece haciendose reclamos por ser lo que no quiere y no ser quien en verdad es con su saco negro lleno de pelos de S. (Dar play a la canción y leer la historia. Jhonny Cash, Hurt.)