Twenty.

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La canción Shape of you sonaba insistentemente, haciendo que Shay despertara.

Buscó el teléfono en el buró de al lado y ahí lo encontró.

—¿Hola? —dijo Shay

—¡Hija!, buenos días. —Era su madre al otro lado de la línea

—Venga ya, ¿qué pasó? —preguntó la rubia un poco molesta

—Tu padre y yo queríamos invitarte a cenar hoy, ¿puedes? —preguntó la señora tiernamente

—Claro, ¿a qué hora? —Shay sonrió

—A las 7:30 acá te esperamos, puedes traer a ese amigo del que me habló Max. —lo último lo dijo con voz pícara.

—¿K dise gfa? —preguntó Shay con un tono raro

—JA JA JA, a mí no me engañas, bueno, ya me debo ir, ten una linda tarde. —La madre se despidió.

Shay colgó el teléfono y se volvió a acomodar en la cama, miró a su al rededor y no era su habitación, sino, la de... Rubén?

Se giró y vio al chico de cabellos castaños durmiendo plácidamente.

Ella sonrió y se levantó con dificultad.

Caminó lentamente hacia el baño, y se lavó la cara; su aliento apestaba e hizo una mueca. Miró la pasta que estaba en un pequeño estante.

Puso un poco de pasta en su dedo y cepilló sus dientes.

“Lo que es no traer cepillo de dientes a casa ajena. Desiciones extremas.” pensó y luego rió

Salió del baño y se aproximó a la cocina, pensando en qué hacer de almorzar; miró el reloj de la pared que marcaba 9:40 de la mañana.

Hacer hotcakes pasó por su cabeza, y eso es lo que iba a hacer.

"Cáncer". ×r.d.g.×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora