Escuchaba lo que pasaba a mí alrededor de una forma totalmente ajena. Con sonidos distorsionados, pocos concisos y lejanos, no sentía ninguna parte de mi cuerpo y sentía esa vaga sensación de estar flotando. Trate de abrir mis ojos, pero se rehusaban a hacerlo.
Scorpius.
Sentía como mis sentidos parecían recuperarse, ya no sentía esa incomoda distorsión y podía clasificar ya analizar los sonidos y a que o a quien pertenecían. Una de esas maravillosas cosas era la voz susurrante de Scorpius. Aun no entendía del todo lo que decía, pero escuchaba con atención la delicadeza con la cual pronunciaba cada palabra. Como si las saboreara antes de pronunciarlas. Comencé a sentir lo que me rodeaba, como el suave lecho en el cual yacía o lo que me alarmo aún más... la extraña sensación de magia que recorría mi cuerpo. Esa sensación de sentir como vagaba en mi cuerpo acompañando la sangre. Trate de percibir con mayor atención, tratando de organizar la información y esforzándome por entenderla.
- Solo ha sido un ataque de pánico -resumió tajante Scorpius -Nada más.
- Está siendo condescendiente joven Malfoy. ¿Realmente piensa que solo fue un ataque de pánico?
Escuche como Scorpius suspiraba cansado, luego una suave caricia en mi rostro tratando de acomodar mi cabello. Siguió así hasta que escuche como la otra persona se revolvía impaciente.
- Le teme a las alturas -dijo finalmente -Es una razón suficiente.
Tan inocente como siempre, yo ya notaba y con los sentidos embotados el flujo de magia que circulaba por la habitación. Scorpius percibía esa familiar sensación de tranquilidad combinada extrañamente con peligro, no sé cómo explicarlo. Tampoco como explicar la sensación de magia circulando suavemente por tu cuerpo. Pero lo percibía, perciba como transitaba suavemente por el ambiente y se filtraba poco a poco en nuestro cuerpo.
- Creo que es suficiente -pronuncio autoritaria la voz de Draco Malfoy -Gracias por su colaboración. Pero ya cuestiono a mi hijo, si él dice que hubo un ataque de pánico usted debe creerlo. A menos que haya estado en ese lugar. Ahora váyase antes de que haga que lo destituyan por instigación y presión psicológica a un menor.
Si, por eso me caía muy bien el padre de Scorpius. Escuche un bufido y luego pasos saliendo de la habitación.
- Bueno, creo que ya es hora de levantarse Albus -dijo divertido el señor Malfoy -Sé perfectamente que estas consiente.
Consiente si, moverme y hablar no tanto. Sentí como el colchón se hundía a mi lado y luego la familiar fragancia de Scorpius se abotonaba tratando de entrar por mis fosas nasales.
- ¿Estás seguro papá? No se ha movido ni un ápice.
-Si... Tiene mejor color y sus facciones parecen estar más alertas. El problema es que aún debe sentirse desorientado. ¿No le hiciste ningún hechizo, Scorpius?
- No padre, se desmayó e inmediatamente lance el pulso mágico buscando tu ayuda. Estaba bastante confundido, Albus seguía balbuceando sobre el peligro que corríamos estando en el bosque.
Se hizo un silencio incomodo, sabía que el señor Malfoy seguía en la habitación, pero sopesando la información. Al parecer ya sabía que algo estaba mal.
- ¿Peligro?
- Si, no se a que se refería. Solo decía que nos fuéramos. Aun no entiendo...
Otro pequeño silencio ¡Oh, Por Merlín! ¡Señor Malfoy solo diga lo que piensa y no deje a este pobre desmayado con la curiosidad!
-Está bien, necesito que... necesito que me digas cuando se despierte Albus ¿Te parece? Hay algo... que simplemente no concuerda. Albus debe saber lo que está pasando, es un mago habilidoso.
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Solo cambiemos de rumbo
RomanceÉl en definitiva era mi perdición, sus ojos plata y personalidad afilada me traían completamente loco. Lo sabía desde aquel momento en que conocimos en el tren, sabía que Scorpius Malfoy sería el único que podría adorar con una sola sílaba dada...