Luminosa

Único

Grácil, esbelta y delicada. Auri parecía una hermosa bailarina, aún vestida de harapos y con sus pies descalzos.
Para Kvothe, el pelo rubio, ondeante, su nívea piel bañada por el resplandor de la luna la hacían ver como un hada nocturna.
Cuando el pelirrojo tocaba para ella adoraba ver su atento rostro y la disfrutaba cuando bailaba al son de la melodía de turno.
Si bien Auri no usaba ropas elegantes tenía una belleza que no tenía competencia.Algo innato, algo propio de la naturaleza de su duendecilla lunar, propio de un ser fata.
El Edena Ruh tenía mil preguntas sobre Auri. Su pasado, de donde venía. Pero había aprendido a la mala que para disfrutar de la compañía y amistad de la chica era mejor no hacer preguntas qe rayaran en lo personal.
Cada vez que tocaba su laúd en los tejados de la principalía era casi seguro que una dulce rubia estaría escuchando atenta siendo la personificación exacta del mejor público del mundo.
Auri era hermosa, inocente y pura. Un angel de cristal que solo debe admirarse y nunca tocar. Kvothe lo sabía , y anhelaba protegerla de quien quisiera encarcelar a su avecilla en El Refugio , destino seguro para Auri.
El músico le llevaba regalos constantemente. Había aprendido ciertas manías con respecto a los presentes que le entregaba a Auri, por ejemplo : nunca usaba nada usado o que hubiese pertenecido a otra persona antes.
A pesar que Kvothe no nada en dinero siempre se las arreglaba para dar obsequios a la joven.
-¡Has tardado en venir a verme!
-Lo lamento Auri, pero te he traído un regalo para pedir tu perdón.
-¡Que bonito Kvothe! ¿Y que comió?
-Algo lindo para una señorita y para una sirena.
Auri pasó sus dedos por el papel café que envolvía el paquete y con parsimonia soltó el listón que lo sujetaba para abrir el contenido.
Era un bello vestido pulcramente blanco, sin mangas , con una falda ligera que debía llegarle un poco debajo de las rodillas , el corte era sencillo pero fino y seguramente se le vería precioso a su hada. Al menos eso le pasó por la cabeza a Kvothe cuando lo compró.
-Te he traído un vestido hecho de luna, espuma de mar y azucar de un pastel que le compré a un dragón.
Auri pasaba sus dedos por la tela de la prenda para luego posar sus ojos en los del pelirrojo y sonreírle con alegría infantil.
-Yo solo te había traído una piedra que flota en la oscurida-dijo entre risueña y avergonzada- pero tu regalo es tan lindo que te daré otro más, cierra los ojos.
Kvothe no se sorprendió ante la petición, el misterio era algo normal en Auri asi que se limitó a obedecer . La última vez le había regalado jabones que ella misma había hecho, dudaba de la procedencia de los materiales pero era evidente que no pregu taría. Siguió repasando mentalmente los presentes que Auri le daba hasta que sintió un toque suave y dulce en sus labios.
Se sobresaltó ligeramente y abrió los ojos para encontrarse con el sonrosado y relajado rostro de la chica disfrutando y guiando el beso.Era lento, curioso y un poco torpe, dulce, mimoso , al músico se le ocurrían mil adjetivos más. Se limitó a disfrutar de su obsequio hasta que la duendecilla separó los labios de los de Kvothe y le sonrió tiernamente.
-¿Te gustaron mis obsequios?
El Edena la miró dulcemente, como si el fuera el mayor entre ellos,la tomó de la mano sorprendiéndose de que ella no reaccionó de mala manera y le besó los nudillos.
-Ganaste esta vez, fueron mas lindos que los míos.
-Si quieres puedes usar mi idea, la próxima vez tu también puedes darme un beso de amor que dure seis suspiros.
-Lo haré, si deseas recibir mis regalos.
-Siempre recibiré todo lo que venga de ti, mi Ciridae,-Tomó la capa del músico para jalonearlo- ¡Ahora toca algo para mí!
Kvothe tuvo una tierna sonrisa toda la noche transcurrida, su hada lo había besado, no había regalos más apreciado en su vida que ese, más sincero o más deseado.
Cuando para variar, empezó a tocar "Calderero curtidor" recordó unas lindas cintas para el pelo  que combinarían con el vestido de Auri.
-La próxima vez que vaya a Imre se las traeré-pensó con ternura- eso y un nuevo beso de amor.