Luisa Smith no era muy inteligente cuando se trataba de sentimientos, sobre todo si eran ajenos, suerte que había desarrollado ciertas habilidades para leer a la gente, y estaba casi segura de lo que sientes amiga, no podía estar al cien por ciento segura, como una persona que vivía para la ciencia sabía que no existía la certeza absoluta.
Dejó la taza de té sobre la mesa y se acurrucó entre las mantas estudiando a Mary, quien se encontraba en el viejo computados de Luisa, no tenía que entrar en su mente para saber que estaba perfeccionando su currículum.
Si no fuera por su habilidad sería como el resto que pensaba que estaba estrenada por su cesantía, pero estaba casi segura que ella sufría por la soledad que con el tiempo se ha ido intensificando, siento algo desagradable para Luisa al sentirlo.
No es que ella la culpara, la mayor parte del tiempo Luisa no era amable o muy conversadora con Mary (o otra persona), es más, ella misma se sentía sola, añorando un poco de amor.
Apartó la vista de ella antes de que se diera cuenta de que la observaba, y se centró en su computador, donde estaba escribiendo el borrador de un mail.
Mary se enojaría mucho cuando se entere de lo que haría, pero sabía que si no le daba un empujón hacia la dirección correcta, se quedaría estancada, tanto en lo profesional como en lo romántico.
Sip, ella no sabía mucho de sentimientos ajenos, pero sabía de oportunidades, y esa oportunidad le gritaba que él Homeland sería perfecto para su amiga.
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-Hay un puesto vagante en el Homeland- la voz de Luisa casi la hizo saltar, miro a su compañera en su sofá favorito, mientras las mantas ocultaban casi todo su cuerpo, mientras escribía en su computador. -¿Porque no les mandas tu currículum? Trisha estaría encantada de tener ayuda con las nuevas especies.
No tenía que ser un genio para saber que estaba escribiendo para una tal Trisha, ya que sabía que no le gustaba hablar cuando escribía , o tal ves era el hecho que no estaba rodeada de papeles y libros.
-Sabes Lu, si me quieres fuera, simplemente dilo- Su intento de broma no resultó, ya sea por lo forzado que sonó su voz, o la forma en que Luisa entorno los ojos- Era broma.
Estudió a su amiga que aún estaba tensa, ambas eran polos opuestos en casi todos los sentidos. Luisa tenía que ser una de las mujeres más altas que ha visto con su metro setenta, rubia y de ojos de ensueño, no comprendía porque no se ha casado aún, tal ves su forma extraña de ser.
Se miró en el espejo, mientras que ella apenas llegaba al metro sesenta y dos, pelirroja y llena de pecas, junto a unos ojos verdes delataban sus orígenes.
Suspirando volvió a mirar a su compañera, ya no estaba tensa pero la veía con atención, sabía de el porque de la extraña conducta de Luisa, y de la familia Smith, un secreto que juró guardar, pero que en ese momento la ponía incomoda.
-Deja de meterte en mi mente, ya es suficiente teniéndote en mis asuntos- intento esconder su incomodidad con burla, la rubia arqueo una ceja- ¿Qué? ¿Crees que debería ir?¿Que en ese lugar está mi destino?
-Si, es una brillante oportunidad de trabajo para ti- Se abstuvo de poner los ojos en blanco al ver su sarcasmo no fue captado- Está a solo cuarenta minutos en contra de otros hospitales y clínicas que están entre una hora a dos, la paga es buena, tienes un buen currículum y sin antecedentes, estas cesante y conoces a alguien que trabaja en el lugar. Y sabes que no puedo ver el futuro, solo mi tía Ann puede y ya está senil, aunque podría preguntarle.
-¿Conozco? ¿O conoces? Y por favor, deja de escribirle a Trisha y de interrogar sobre mi futuro a la tía Ann, sabes cómo se pone cuando tiene una visión - Luisa suspiro y alejo las manos del computador.
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Slash
FanfictionMary es una comprometida enfermera cesante que vive con su exitosa y a veces extraña amiga, mientras su madre intenta convencerla de salir en una cita, aún cuando dejo bien en claro que no desea otra relación, cuando le llega la extraña oportunidad...