Make Me Feel Something 2

Nuevo Comienzo

-Mina, ya tenemos que irnos al aeropuerto ¿Estas lista?-

Jessica entró a la habitación de hotel de su hija y su novia y casi el corazón se le sale por la ventana. Cerró la puerta y colocó el seguro, si Tiffany entraba iba a armarse Troya.

-Mina...- Susurró palmeando su hombro. -¡Mina!-

La chica mencionada dio un vuelco en su cama -¿Qué ocurre?- Dijo adormilada.

Jessica la miró con los ojos entrecerrados y entonces Mina se dio cuenta.

Cubrió la sábana hasta su pecho y evitó la mirada de su madre.

-Mira este desastre - Jessica señaló la ropa esparcida por el suelo de la habitación -¿Dónde está Nayeon?- Dijo con molestia.

-En la ducha me supongo...- Contestó en un susurro apenas audible con sus mejillas sonrojadas -Buenos días- Sonrió nerviosa pero Jessica seguía con una mirada fría y fija.

-Debes arreglar todo esto, ya casi nos vamos al aeropuerto, así que dile a tu novia que se dé prisa- Dijo con un poco de molestia -Nos vamos en media hora- Abrió la puerta de nuevo y salió.

Mina suspiro mientras observaba la ropa por la habitación, Nayeon había insistido en no tener nada de nada durante la noche anterior justamente por lo mismo, Jessica y Tiffany estaban sólo en la habitación de a lado, pero Mina supo como persuadir a su novia.

-¿Qué te dijo?- Nayeon salió de la ducha ya arreglada y secando su cabello con una secadora.

-¿Escuchaste?- Preguntó alarmada.

-Iba a salir cuando ella entró - Se encogió de hombros -Te dije que no debíamos tener sexo aquí-

-¿Te arrepientes entonces?- Contestó Mina divertida.

-No- Nayeon se sonrojo -Es sólo que no era el momento-

-Anoche no lucias tan convencida de ello cuando estabas debajo de mi- Mina se levantó yendo directamente a la ducha sin antes dejar un beso en su mejilla.

Nayeon suspiro mientras comenzaba a recoger el desorden.

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Tzuyu soltó un bufido mientras se desplomaba en una de la sillas de la cafetería -Ese era el último cliente- Aflojo el nudo en su corbata dejando la bandeja sobre la mesa.

-Vamos Tzu...- Chaeyoung se unió a ella sentándose en la silla de enfrente -Hoy nos pagan- Susurró divertida y Tzuyu le regaló una sonrisa murmurando "Lo sé" con los labios.

-Señoritas...-

Chaeyoung y Tzuyu rápidamente se levantaron de sus asientos yendo hacia el mostrador con su jefe.

-Su paga de la semana, últimamente ha habido muchos clientes, así que tienen un pequeño regalo- El hombre mayor rió.

-Gracias- Dijeron ambas al unísono.

-Tzu, ¿qué tal si vamos a comprar algunas cosas antes de entrar a la universidad?- Sugirió Chaeyoung pero la alta hizo una mueca.

-Recuerda que debo pagarle a la señora Eunjung y apenas completé la mitad durante todo lo que estuvimos trabajando en vacaciones, no puedo gastar dinero del que no debo- Contestó jugando con el sobre de papel en sus manos.

-Oh vamos... Aún seguiremos trabajando los fines de semana aquí, por favor- Rogó Chaeyoung.

-Está bien- Suspiro resignada -Pero tú me vas a acompañar a hacer turnos extras durante los fines de semana- Apuntó a Chaeyoung con su dedo índice y está sonrió más que feliz.

-¿Puedo ir con ustedes?- Kyulkyung hizo aparición entre las dos.

-¡Claro unnie!- Exclamó Chaeyoung y Tzuyu sonrió. -Espera... ¿tú también irás a la universidad verdad? ¿En cuál estarás?-

-Korea University- Contestó con una sonrisa.

-También nosotras- Tzuyu sonrió igual -¿Por qué no lo dijiste? Pensabamos que regresarías a China-

La chica se encogió de hombros -No lo sé, nunca preguntaron-

-Chicas, sigo aquí- Su jefe habló y las chicas rieron -Yo me encargaré de cerrar la tienda, pueden irse-

-¡Gracias!-

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-Oh... Tzuyu~ssi- Kyulkyung se acercó a Tzuyu una vez que está se había cambiado su uniforme y Tzuyu guardaba el suyo en uno de los lockers.

-¿Si?-

-¿Puedo caminar contigo a casa? Mi casa queda cerca de ahí...-

-Claro- Tzuyu sonrió -Vámonos-

-¿Qué? ¿De mi nadie se preocupa?- Chaeyoung se quejó -Vaya amigas que tengo- Tzuyu y Kyulkyung rieron mientras salían de su trabajo.

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-Otra vez...- Murmuró Sana mientras veía a su padre ebrio tropezar con sus propios pies de nuevo.

Tomó sus pertenencias y comenzó a subir las escaleras ignorándolo.

-Oh Eunjung...- Sana se detuvo en seco al escuchar el nombre de su madre -¿Por qué?- El hombre de dejo caer en uno de los sillones mientras comenzaba a llorar -¿Por qué ella? ¿Por qué las mujeres? Yo te di todo ¡Todo!- Se levantó abruptamente lanzando la botella al suelo rompiéndose al instante.

Sana se estremeció por el sonido pero siguió subiendo las escaleras.

Mañana era el primer día en su nueva universidad, tenía todo listo, su horario, su ropa, pero en cuanto había cumplido su primer mes de nuevo en Japón, algo estaba mal.

Su padre llegaba borracho casi todos los días, Sana se preocupaba mucho por él, evitaba que hiciera algo estúpido, lo cuidaba durante sus resacas, hasta que se fue acostumbrando a tal trato. Sin embargo, ella no podía hacer nada, odiaba admitir que se estaba volviendo una rutina, y no quería que pase eso.

Incluso el hombre había tratado de buscarle una pareja a su hija poniéndola en una cita con el hijo de uno de sus compañeros de su nuevo trabajo.

Alto, cuerpo voluptuoso y ojos verdes. No, era el típico cliché de chico que te encuentras por ahí, y aunque a Sana le gustarán los chicos (Cosa que no era así) definitivamente no saldría con alguien así.

En su mente aún rondaba la chica de cabello negro que estaba tratando de dejar atrás por su bien. La chica entraría a la universidad con sus amigas, conocería nuevas personas, chicos, chicas.

¿A quién quería engañar? Por supuesto que no le parecía la idea de que Tzuyu encontrará a otra persona, tampoco le parecía el rumbo que su vida estaba llevando ¿Qué estaba haciendo exactamente?

Su vida en Japón no era feliz, no por tratar de complacer a su padre,
necesitaba volver y al menos hablar con ella.

Hablar con Tzuyu.


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