Catalina
se crió entre papeles,
lapiceras y transportadores. Es la hija
de María Marta, la dueña de la librería,
y fue allí donde empezó a gatear y
aprendió a hacer cuentas, aun antes de ir
a la escuela. Siempre me pareció una
nena simpática Catalina, pero tiene un
problema: habla demasiado. De modo
que yo sabía a lo que me arriesgaba
cuando entré esa tarde dispuesta aencontrarla. No era inocente mi paso por
allí, lo admito. Es cierto que necesitaba
tinta para la impresora, pero el
verdadero motivo de la visita era que yo
había oído decir que Catalina la conocía
a Julieta. Pero de esto al narigón no le
dije ni una palabra.
Cuando llegué ella combatía el
aburrimiento ordenando los cuadernos
por color y tamaño. Por suerte su madre
estaba haciendo el inventario y no nos
interrumpió. Conversamos un poco
sobre la lluvia de esa mañana y sobre la
heladería que estaban por abrir en la
otra cuadra, hasta que al fin fui al grano.
Le pregunté si la conocía.—Tal vez sí y tal vez no —me
contestó.
—¿Y eso qué quiere decir?
—Que no estoy segura.
Me contó que, como todo el mundo,
había estado muy atenta aquella noche a
las imágenes de la televisión. Pero era
imposible distinguir las caras, se
lamentó, estaban muy lejos. Sin
embargo, cuando al otro día en su
escuela empezó a correr la versión de
que la chica era Carla, a ella le pareció
posible. Coincidía el pelo, dijo, largo y
castaño.
—¿Pero no le preguntaron?
—Claro que le preguntamos y ella lonegó. Pero eso no significa nada.
Catalina me dio entonces una larga
explicación sobre el asunto de los
grupos. Que podría resumirse así: entre
las chicas de 7o A había dos grupos. El
de Lisa y el de Sole. También había
algunas que no estaban en ningún grupo,
pero ella, Catalina, sí: estaba en el de
Solé. Y Carla en el de Lisa.
Evidentemente, entre los dos grupos
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Café Solo
Romansa-ATENCIÓN, ESTA HISTORIA NO ES MÍA, LE PERTENECE A ANDREA FERRARI, YO SOLO LO PUBLICARÉ AQUÍ- Una noticia ha conmocionado el país: dos adolescentes de un barrio de Buenos Aires se han subido a una cornisa y han querido acabar con sus vidas porque su...