Llegaste en el momento más raro de mi vida, yo me encontraba rota, vacía; y tú me enseñaste que bonita puede ser la vida.
Me enseñaste a madurar, y te agradezco, por ti soy una chica más madura; algunas veces conversando me di cuenta de que te vuelves más y más especial, de que me estoy enamorando. Lo lamento; sé que no debí de haber flaqueado, pero cada vez que leía lo que me escribías o cada vez que te miraba me daba cuenta de que eso era todo, no quería a nadie más aquí en mi vida.
Ahora no puedo decirte algo más sino que te quiero, te quiero y quiero cada cosa que te define, quiero tu risa, tu voz, tus ojos que me recuerdan que el lugar más bonito del mundo ya lo conozco y está en ellos, quiero tus labios... Esos labios que a pesar que sólo los he besado en sueños fantaseo con ellos, quiero tu tiempo, tus días, quiero eses ratos llenos de alegrías, quiero tu prisa y tu calma, quiero tus "buenos días" en la mañana, quiero tus logros y tus malos ratos, quiero crecer a tu lado. Y quiero muchas cosas más. Muchas que no se pueden contar.
