Sueño 3: La Carcel de Las Sombras

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Salgo del baño y veo a mi hermano jugando con su semen en su torso, me subo a mi cama. Ya que es litera, y me acuesto para dormir.
¿Por que mi padre estará metido en esto?, ¿ Por que yo tengo la obligación de detenerlo?, ¿Solo por que le quite imaginación me quiere Matar?, ¿Por que no lo hizo cuando estaba vivo?, y ¿Mi madre sabrá de esto?
La noche como mi sueño llegan tan rápido que ni siquiera me doy cuenta de que estoy dormido.

La oscuridad reina de nuevo en mi sueño, pero ahora se que hacer.
Saco unas espadas de luz violeta eléctrico, como las de un personaje de los X-Men.
La luz producida por las espadas iluminan 10 metros a la redonda, sin embargo, aun no puedo ver nada.
Me pongo en guardia y alerta, él calor de las espadas me produce un bienestar cómodo que me provoca cerrar los ojos, pero no dejo que pase eso.

"nesecito mas luz" me digo a mi mismo.

Con las manos aún en las espadas, comienzo a crear una bola de luz incandescente que poco a poco ilumina mas, solo me concentró en ella, sin mirar a otro lado, la hago flotar sobre mi, a dos metros de altura sobre mi cabeza, y cuando bajo la mirada, él terror aparece.
Rejas de metal oxidado y negro contienen miles y miles de sobras, sombras con dornas de humano, almas en pena, que gritan, lloran, rugen y piden piedad, la carga emocional se me va hacia la nuca, poniendo borrosa mi vista.
Dejo salir unas lágrimas gracias a la carga sentimental de todo esto, pero aun así, no bajo la guardia.

– ¡Que bueno llegaste!– escucho decir detrás de mi volteo y veo a mi padre, quitándose una capa tipo Real, con incrustaciones de oro y lapizlazuli.
– y que bueno que te encuentro– contesto de forma desafiante.
–creo que es hora de que me des lo que me quitaste– dice  acercándose a mi mientras recorre las celdas de metal donde las almas se encuentran, las cuales están al rededor de mi.
– yo no te quite nada– digo algo enfurecido.
– claro que si y lo sabes, por ahí me dieron la noticia de que alguien habló contigo hace unas horas, y bueno, ya me encargue de el– dice, una bola desliva pasa por mi garganta como si fuera concreto, y su nombre aparece en mi cabeza con sentimientos de preocupación y culpa... David.

Él lanza una bola de fuego al suelo, estoy apunto de atacarlo pero veo la imagen de David siendo acorralado por personas con capuchas negras, parecen demonios, parecen la misma muerte.

–¡Dejalo en paz! – grito con euforia y pánico.
–No- dice seco – él ha cometido traición, así que merese ser castigado, así como tu...– dice y se hace hacia atrás, una espada del tamaño de su mismo cuerpo con un color gris metálico reluce a la luz de mi bola flotante.

Acciono mis espadas, volviéndolas mas incandescentes y fuertes.
Me lanzo sobre el, batiendo mis espadas sobre él aire, él las detiene, lanza un ataque a mi derecha, lo detengo, saa otra espada del mismo tamaño y la misma forma, y me vuelve atacar , pero ahora por la izquierda, la detengo con mi espada de la izquierda, así quedando él y yo frente a frente.
Lanza una potente ráfaga de aire haciéndome hacia atrás, doy una vuelta para equilibrarme, y cuando me sostengo sobre él suelo sus espadas aparecen, reluciendo ante la luz, las detengo con las mías, y regreso él ataque, logrando tocarlo.
La carne de su mejilla se le abre con él paso de mi espada, él me mira, sonríe malévolamente, usa otra rafaga de aire pero ahora él se hace hacia atrás, sus espadas desaparecen, y de repente la misma capa con la llego se comienza a formar en su espalda.

– tengo cosas que hacer– dice y comienza a caminar hacia la oscuridad, me abalanzo sobre él– pero aun así espero volverte a ver– dice y un coro de gritos y lamentos suena en todo él lugar, él desaparece, pero también las celdas de metal, dejando libres a las almas en pena.

Una ola negra de todos lados provocada por esas cosas viene hacia mi, tratando de ataparme.
En grueso mis espadas, y comienzo a atacar.
Doy él primer espadazo, la alma se parte a la mitad, y un liquido negro sale de ella.
Doy otro espadazo detrás de mi, y esta vez corto a tres almas, así comienzo, soltando espadazos y blandiendo las frente a mi, cortando almas, y llenado mis pies de eso que parece brea.
Doy una vuelta sobre mi eje, subiendo con las espadas a los lados, tal como un helicóptero, solo veo como él liquido se consume en mis espadas y brota por todo él lugar, salto un poco mas sobre mi propia altura, y bajo como bola de cañón, con la bola de luz debajo de mi, reventandola al caer, e insinerando a toda alma en pena que se me quisiera atravesar en mi camino.
Ahora lo único que me ilumina son las espadas, espero unos segundos, esperando algún ruido o alguna señal de otra alma, pero no escucho nada, consumo las espadas por mis manos, y me quedo a oscuras.

"David"

La palabra aparece en mi cabeza, haciéndome devirdir ir a buscarlo.
Creo una daga de color blanco luminoso para cortar esta fase y salir a un lugar X, o según eso quiero que haga mi daga, pero un gorgoteo aparece en mi garganta, la daga desaparece y la oscuridad eterna se desvanece.

Abro mis ojos con la respiración pesada y mi pulso a tope, y solo logro ver a mi madre, y a mis hermanos observándome, con los ojos muy abiertos y miedo en sus bocas, la habitación tiene muchas cosas tiradas, como si hubiera ávido un terremoto.

–¿Que pasa?– pregunto preocupado, y mi hermana se desmaya.

Los Ojos De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora