Natasha creía que todo sería excelente en la nueva etapa, eso creía hasta que entro a la preparatoria.
Todos piensan que el primer día es el mejor porque no le hablas a nadie y todas esas cosas de que es nuevo pero esta vez no era así.
*Natasha pensando mientras se dirigir al salón*
Me gusta mi nueva escuela, es un poco pequeña, pero con el paso del tiempo me acostumbraré, posiblemente se encuentren chicos buena onda y niñas que sean súper bah, como decirlo, cerradas y se sorprendan de todo, pero que más da, tú solo vienes a aprender jajajaja, diablos sueno como mamá.
~Mientras tanto ella no ponía atención en la conferencia del primer día~Después de tal conferencia todos se dirigieron a sus salones y la cantidad de alumnos en su salón era increíblemente grande, siempre iba y venía la mitad del grupo, lo cual era bastante incómodo y digo bastante incómodo por qué se trataba de un salón pequeño, se trataba de un salón sin oxígeno, hasta yo me abrumaría, pero que más da, no es válido como una queja eso.
Regresó a casa y así por una semana, hasta que por fin termino el pequeño salón, se encontraban en uno más espacioso ahora, pero era igual, abrumador, comenzó a hablar con unas chicas, chicas que te hacen pensar que no le hacen daño a un pez.
Y así pasó.... Hasta que.... Un día se dio cuenta que con ella iba la amiga de una de sus amigas y uno de sus amigos,
dejó a las otras chicas y comenzó ajuntarse con ella, después comenzaron a juntarse con las típicas niñas que se ven súper perras del salón, entonces cambiaron las cosas.
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La vida de una chica más
Teen FictionNatasha es de las niñas nuevas que ingresaron a prepa, tiene 15 años, su pelo es castaño es de estatura promedio, tiene grandes sueños, es un poco penosa, pero muy aventada y a dejado de hablar con sus compañeros de secundaria, solo busca algo real...