Su Voz

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El sol me estaba deshidratando casi tanto como aquel maldito campo de  fútbol.

-¡Aquí!- pidió Nam y yo no hice más que pasársela, él chico sin esperar a que el rival lo marcara, golpeó el balón hacia la portería. La pelota se estrelló contra la blanca red, marcando el tercer gol del partido.

Se preguntarán:

"¿Fútbol?"

Si, fútbol. Participaba en el equipo mixto del colegio. Nam corrió a abrazarme y yo no pude más que sonreír colgándome a su cuello.

El árbitro marcó como terminado el partido y vimos a los espectadores alzar las manos, aplaudiendo, gritando y silbando nuestra cuarta victoria de la temporada.

-¡Bien hecho princesa!- me sonrió Nam, abrazandome por los hombros, saludando a los espectadores.

Mis pensamientos no hicieron más que... Detenerse. Una chillona voz resonó entre las gradas, gritaba mi nombre con gran esfuerzo, podía jurar que se quedaría afónico.
Miré entre la gente, más sin embargo, no lo pude ver.

Tras ducharme y ponerme ropa limpia, salí del gran lugar

Dejé sobre mi hombro mi mochila y sin esperar al resto del equipo, me encaminé a la salida...

Me coloqué mis auriculares y levanté la mirada. Al llegar a casa me prepararía un delicioso tazón de sopa instantánea y dormiría al menos una semana.

Suspire y, bajo el encanto de la voz de Pink, caminé por una de las tantas calles de la ciudad que eran apenas iluminadas por faroles.

Cuando So What dejó de resonar en mis oídos, algunos pasos se escucharon detrás de mi, pasos pausados y torpes. Me giré  y divisé las mejillas redondetas antes de notar la rueda delantera de la bicicleta que llevaba aquel chico, golpear mi pierna.

Me miró entre sorprendido y avergonzado. Volvió su mirada al suelo, sus mejillas pasaron de un blanco a un rojo adorable.

-¿Me éstas siguiendo otra vez?- pregunté anonadada.

El volvió a bajar la mirada, temiendo a responder...

-Yo... Quería decirte que estuviste genial hoy... Emm... Eso...- se sonrojó una vez más, ¿Era posible sonrojarse más aún?

-Ahh- respondí y mire al chico arqueando una ceja. Suspire y continué caminando hacia casa.
Creí haberlo dejado atrás, más sin embargo, tras unos quince pasos, me frene y sentí el choque de la bicicleta una vez más.

Lo miré de mala gana y él se ruborizó antes de montarse a la bicicleta.

-¿Te llevo?- preguntó avergonzado.

Iba a negarme cuando, pronto, me percaté de nuestra soledad en la noche. Si le ocurría algo... Me sentiría culpable, era un hecho.

Me senté detrás de él, sobre el asiento del acompañante, justo sobre la rueda, sin emitir una palabra. Pude ver una sonrisa nacer en sus labios y comenzamos a movernos.

El aire frío golpeaba nuestras mejillas. Yo iba encerrada en mis pensamientos, tanto, que no oí mi teléfono apagarse. La batería había muerto.

-Tsk- me quejé antes de quitarme los auriculares. Fue en ese preciso instante en el que volví a la realidad y... Lo oí.

Jimin cantaba con dulzura a mi lado.
¿Era real?
¿Era un ángel?

La canción hablaba de los copos de nieve, las flores de cerezo y el conocido sentimiento de extrañar. Su voz era tan... bonita, que pronto, quedé embelesada por él.

You are my Bad Girl -Jimin x Fan- (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora