XXXII

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-Tu pareja es la que esta haciendo esto posible, ella se esta esforzando mucho porque puedas estar en el cielo se que quieres tener más tiempo; todos lo queremos pero debemos aprovechar el sacrificio que ella esta haciendo- dice mi padre y reparo en Ene, esta pálida no hay mucha diferencia en como la encontré ayer, esta sufriendo.

-Lo siento no debería haberte pedido esto sabiendo como estabas.

-No te preocupes por mi, es mejor que lo veas ahora que todavía hay tiempo- dice eso y siento que esconde algo detrás de sus palabras.

Nos sentamos en la sala mi padre y yo, Ene y su madre se van a la cocina a prepararnos té con galletas.

-Veo que eres todo un hombre, lo siento mucho por abandonarte pero tu suegra es mi pareja- le miro sorprendido- La verdad ser ángel caido y ser padre del príncipe del infierno te da cierto estatus.

-Mi madre te quiere como un amigo, nunca me hablo mal de ti.

-Solo eras un pequeño, agradesco que no me odies, yo no quise abandonarte y dejar que ella te marcara, pero veo que eres feliz en la tierra con ella.

-Ella es todo para mi; me hizo creer en el amor y en mi mismo, no se que haria si la perdiera.

NARRA IRENE.

-Tengo miedo.

-Lo se hija; pero no te rindas se que es duro, para mi lo es. Cuando quieras puedes irte.

-No quiero que él se enoje.

-Si no te entiende no es una buena pareja.

Despues de tener listo nuestro té nos sentamos con nuestras parejas hablamos mucho, de verdad mucho pero en un momento dado voy cerrando los ojos de verdad me estoy forzando pero intento fingir, pero como que no lo hago bien porque Iker se da cuenta.

NARRA IKER.

-No me odies- me dice cuando nos estamos despidiendo en la puerta de nuestros padres.

-No me lo debiste ocultar, acabemos con esto rápido tienes que recuperarte.

Al regresar al cuarto me sorprendo ella esta ardiendo en fiebre, esta palida, flaca y esta delirando; busco a Damian y me dice Guadalupe que esta en el purgatorio.

Ya ha pasado una semana desde nuestra reunion familiar y mi pareja no se ha recuperado nada; aunque la verdad yo tampoco estoy en mi mejor momento ella esta colgando de un hilo y no hay forma de salvarla.

Llevo agua tibia para asearla y comida; cuando termino de vestirla le echo la cobija encima y me siento a su lado.

-Hola- abre los ojos y estira la mano- ¿Cómo te sientes?

-No hables idioteces yo soy quien deberia de preguntar eso. Vamos te traje comida.

-Huele rico- le doy su sopita de pollo y se vuelve a acostar; me da la mano y la comienza a acariciar- Te amo.

-Oye que te pasa, nunca me dijistes nada igual.

-Queria que lo supieras- me mira y se queda en silencio- Perdoname no lo queria hacer.

Se queda callada y para de tocarme, me dijo su ultimo deseo.

PECADO. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora