Capítulo 07

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Después de aquella vez, no podía no estar nervioso cada vez que estaba con Carissa, era imposible.

El invierno había arribado y consigo nuevas esperanzas e ideas. Le habían programado una cirugía a Carissa para la madrugada del 31 de Diciembre, el último día del año 2016, también de ser especial para ella, lo era también para mi ese día le confesaría lo que sentía por ella.

Lo aria esta noche en la celebración de año nuevo, su padre y Jack vendrían con mi familia a celebrar. Yo podía caminar de nuevo y mi cabello crecía, el tumor había sido extripado de mi cerebro y todo volvía a ser como antes solo que ahora tendría a Carissa junto a mí.

Me despedí de ella la noche anterior en su habitación en el hospital, yo había sido dado de alta ese mismo día por lo que quería pasar la noche en mi casa, pero no sin antes verla antes de su operación.

En el día de año nuevo me la pase ayudando a mi familia para los preparativos de la fiesta. Para la hora de la cena, estaba esperando en la sala ansiosa, tenía planeado confesarme a la media noche.

-Tranquilo Charlie, ya van a llegar.- Dice mi hermano menor Frank desde la escaleras y caminando hacia mí-.

-Ya lo sé, es solo que ¡No puedo esperar! ansío verla.

-Se nota, además te bañaste y arreglaste ¡Eso no sucede muy seguido!- Musita Frank sorprendido y riendo mientras se sienta a mi lado-.

-Charles, Amor ¿Podrías venir a ayudarme, por favor?-Escucho a mi Madre decir desde la cocina-.

-¡Voy Mama!- Me levanto y camino hacia la cocina-.

La ayudo a sacar un pavo horneado que ella misma había preparado, saco los platos, cubiertos y servilletas para acomodar la mesa mientras siento como todo vuelve a la normalidad, lo que siempre quise. Todo vuelve a estar bien y mejor que antes.

Con la mesa ya ordenada y lista, escucho como la puerta de la casa se abre, corro al baño para revisar mi peinado y ropa. Debo verme bien para Carissa.

Salgo del baño y miro a mis padres hablando con el que supongo es el padre de Cari, pero hay algo extraño en sus miradas, algo melancólico, por lo que me acerco para averiguarlo.

-Buenas noches, Señor Wilson ¿Verdad?, mi nombre es Charles Brown ¡Jack!-Miro a la mascota de Carissa soltando pequeños chillidos, y sé que algo anda mal aquí-¿Disculpe, pero y Carissa? ¿Dónde está ella?

Pareciera que mis palabras lastiman ya que el Señor Wilson rompe a llorar, veo hacia mis padres y noto que también tienen la misma mirada melancólica, que hasta mi hermano menor de 8 años recién cumplidos tiene.

-¿Qué pasa aquí? ¿Por qué todos están así?- Menciono confundido-.

-Cariño… Charlie quiero que después de que te diga esto te calmes y conserves la calma, en la operación de la madrugada, Carissa no sobrevivió. Ella murió durante la operación.- Escucho pero sé que no es real, no lo es, Cari solo está esperando a fuera o en su auto para entrar y sorprenderme-.

-¿Esto es una broma verdad? Ella está esperando a fuera para darme una sorpresa ¿No es así? –Camino a la puerta sin ningún abrigo que cubra mis brazos ni hombros y la abro-.

No hay nadie, por lo que me acerco al auto del que supongo es del Señor Wilson y me fijo por las ventanas, no hay nadie. Opto por buscar por toda la casa corriendo, el patio trasero, la cocina, los baños, los cuatros, la cochera, pero no hay nadie, vuelvo a la sala y camino directamente hacia el Señor Wilson.

-Dígame donde esta Carissa.

-Ella murió…por un paro cardiaco durante la operación.- Escucho apenas entendible su voz entre los sollozos- Ella murió dormida durante la operación experimental.

El tiempo se detiene conforme él hablaba. No puede ser cierto… Carissa, mi Carissa. El frio de afuera ni la cena me importaron ya que me eché a correr. Corrí hacia a fuera de la casa y lo hice como nunca en mi vida; Carissa no puede estarlo, no ella no estaba muerta.

Entonces me di cuenta que mis ojos estaban llorando, solo que el viento limpiaba las lágrimas, fue cuando llegue al Hospital San Robert’s  y corrí por las escaleras hasta llegar al tercer piso, abrí la puerta de la habitación número 20 y mire todo perfectamente ordenado, corrí a buscar debajo de la cama, el baño, detrás de las ventanas, no había nadie allí. Revise los cajones, el closet, nada todo estaba vacío.

Cuando no lo pude soportar más me dejo caer en la cama donde dormía la primera chica que me hizo ver el mundo de una forma diferente, la primera chica a la que aun amo.
Las lágrimas no tardan en salir al igual que los sollozos, no podía creerlo, no quiero creerlo.

Los minutos pasan y siento como una mano toca mi hombro, me volteo y veo a la persona que nunca pensé que iría por mí, mi Madre.

-Charles…-Se sienta junto a mí- ¿Estas bien, Cariño?

-¿Tu estarías bien si te enteraras que la chica que amas se muere el mismo día que te ibas a hacer el valiente para decirle lo que sentías por ella? O ya lo sé, no, no los sabes ya que tu empleo es más importante que tu familia ¿No es verdad? Pues así de bien me siento Querida Madre.-Vuelvo a romper a llorar y siento como unos brazos me envuelven en un cálido abrazo de Madre e Hijo, por lo que no puedo evitar abrazarla fuertemente y soltar todo lo que tenía dentro-.

-Sé que no he sido la mejor Madre del mundo ni contigo ni con Frankie, pero siempre he tratado de acercarme a ti, pero… -La interrumpo abrazándola y aun llorando

-Dejemos eso en el olvido, Mama, por ahora solo se mi Madre, porque no me siento nada bien.-Miro toda la habitación mientras múltiples recuerdos vienen hacia mí-.

-Ella es otra estrella que te cuida, Charlie.-Siento otro abrazo maternal-. Ven vamos a el velorio, el padre de Carissa me dijo que de verdad quería verte allí, porque es importante.

Como pude me levante y me recompuse, tenía que arle el último adiós a Carissa aunque no quisiera.
Nunca fui a un velorio en mi vida, ya que no me gustaban pero este era el de Cari y no iba faltar. Resulto que no estábamos lejos del lugar ya que el velorio estaba en el sexto, y ahí dormía eternamente ella dentro de un ataúd de madera y un vidrio que me impedía tocarla.

Parecía una muñeca de porcelana, su piel se miraba más pálida de usual y sus labios estaban pintados de un rojo cereza. En un momento del velorio, el Señor Wilson me dijo que había algunas cosas de Carissa que él quería que yo conservar, me las do en una caja de cartón y se retiró para darme espacio, e ir con el ataúd para cremar el cuerpo de la Bella Durmiente que llevaba consigo.

Abrí el interior de la caja, me encontré con muchos dibujos que ella había hecho, muchos eran de aes y otros de cosas que Carissa imaginaba y contaba, mire uno que era totalmente negro pero con círculos blancos, supuse que era una noche estrellada; me sorprendió ver algunos de un chico que supuse era yo y otros últimos de Jack que ella trato de dibujar. Aunque ninguno de los dibujos se parecía a la realidad, eran especiales ya que fueron hechos por Carissa.

En una de las esquinas de la caja estaba la pluma que le había dado, por lo que significo mucho para mí, y aún más cuando al salir del hospital y velorio muchas parvadas de aves de plumas grises nos acompañaron en el viaje a casa volando en el cielo.





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