Dúo Perfecto

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"No se si podría estar sin ti, me complementas. Y en algún momento se que ambos lo veremos, que somos todo lo que necesitamos..."






Existía algo más bonito en la vida del joven Park Jimin que levantarse temprano y ver que faltaban horas para entrar a clases de secundaria, y eso eran las visitas de su amigo Jungkook.

Eran las ocho en punto de la noche y Jungkook no llegaba. Jimin estaba sentado en las ultimas escaleras frente a la puerta de madera, sus manos reposaban sobre sus diminutas piernas y su barbilla se encontraba en las palmas de sus manos abiertas suspirando con fastidio.

Si bien, estaba ansioso por recibirle y jugar con él. Pero los padres del pelinegro no contaban con demasiado tiempo para llevarle temprano, puesto a que trabajaban la mayoría del día y el pequeño Jimin tenía que conformarse con estar con él por las noches.

Jimin quería a aquel niño pelinegro que le hacía tener su mundo de cabeza, quien le hacía sacar lo mejor de si mismo y quien lo animaba cuando estaba triste.

«Tú puedes ser las mariposas que siento en mi vientre»

Un peculiar amigo que no lo dejaba sólo en las cosas malas.

Jimin instantáneamente recordó aquel pasado lunes de escuela primaria, cuando otros niños lo empujaron hasta caer al piso y Jungkook sin pensárselo dos veces lo defendió como madre con su cría maltratada. Aunque Jimin era mayor y sabía defenderse, el pelinegro se interpuso. Aquellos niños inocentes terminaron con el viejo director y sus espantosos regaños.

«Tú puedes ser el héroe y yo puedo ser tu acompañante»

Lo mejor para aquel joven castaño no era las peleas por él, si no que eran los sábados por las noches llenos de platicas incesantes sobre su cama individual, a oscuras por la gran sabana azul marino cubriéndoles y con una linterna en mano contando historias de terror, algunas inventadas por obvias razones de no haberlo vivido y otras "reales" supuestamente. O tal vez historias íntimas que no compartirían con otra persona, ¿Estaba bien hacer eso? ¿No?. Los amigos se compartían hasta los secretos más oscuros, algunas conversaciones terminando en llanto.

«Tú puedes ser el lápiz y yo puedo ser el papel»

"Cosas de niños" decían los mayores, pero para ellos era más que eso, sentían una conexión agradable cuando se encontraban juntos, como si el otro fuese la pieza perdida de su rompecabezas de vida.

Como olvidar también los bocadillos robados de la cocina, aunque se trataba de pequeñas porciones, eran esenciales para las conversaciones nocturnas. Aunque eso signifique dolor de estomago por haber ingerido demasiado dulce. O ir al no querido dentista por las golosinas que el pelinegro llevaba de contrabando. Pero nadie decía nada para no delatar al otro y siempre bromeaban a jugar estúpidos juegos del doctor.

«Tú puedes ser el goloso y yo el dentista»

Perfect Two | Jikook | One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora