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Sin previo aviso mi medio primo se me hecha encima para darme un gran abrazo, lo cual se me hace extraño ya que nunca ha sido una persona verdaderamente cariñosa.
Acepto su abrazo pero no puedo evitar que el olor a alcohol y tabaco se encamine por mi organismo y me doy cuenta de que el chico no está en sus mejores momentos.
-Logan-repito cuando nos hemos separado-¿has estado bebiendo?.

-No prima, para nada-dice mientras tambaleándose intenta ponerse en pie, a lo que tengo que ayudarle para que no caiga de bruces al suelo.

-O Dios mío, estás fatal, ¿Cuánto has tomado?-me muestro más impaciente a la vez que sujeto su codo.

Con gestos intenta señalar lo que ha bebido, cosa que hace mal ya que aseguro por mi vida que no se ha tomado un palmo para estar así de pedo.
Suspiro cansada apartándole de mi camino y abriendo la puerta.
Como si mi vida no fuese suficiente desastre para añadir a un fumeta borracho.
Le hago una señal para que entre en el apartamento y después de esperar unos segundos a que se mantenga recto él solo acabo perdiendo la paciencia y lo agarro para entrar en el lugar.
Al principio parece inspeccionar mi casa y cuando acaba me observa esperando ha que haga algo.
Y la verdad es que no tengo ni idea de qué hacer.
En mi habitación no cabemos(además no voy a dormir con él) y el sofá además de ser pequeño me parece una manera muy borde de tratar a un invitado o a un familiar.
Así que me decanto dejarle mi cama durante esta noche para que por la mañana me explique que hace en mi casa si la suya está a seis horas de aquí, además debe explicarme también porque se presenta tan borracho.
Lo encamino a mi cuarto y lo tumbó el la cama, a todo esto él me mira con una expresión realmente extraña pero se deja llevar.
Le quito lo zapatos y al apagar la luz lo miro unos segundos más para después cerrar la puerta y encaminarme a la cocina a preparar algo.

Llevo sin verle alrededor de siete años, nunca nos llevamos demasiado bien, cuando llegó a la familia junto al novio de mi tía todos lo quisieron al instante, pero yo nunca lo comprendí,¿porque sin ser un miembro de la familia tenía que tratarlo como a uno?
Poco después mis padres me lo explicaron pero aun así era complicado.
Por ello nunca imaginé verle en mi casa borracho, supongo que él también está solo, sus padres al igual que los míos aguardan en la carcel pero no comprendo porque decidió recurrir a mí y no a otro.

Preparo unas pastillas para cuando se despierte y le duela horrores la cabeza las tenga a mano.
Dejó en la mesilla de noche el vaso de agua y las pastillas y en silencio me escabullo de mi propia habitación.
No me apetece cambiarme así que voy directamente al sofá y me acuesto agarrando una manta para en poco tiempo y sin darme cuenta caer rendida en un placentero sueño.

Be free/DETENIDA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora