Submissive owner

A new beginning

CUATRO MESES DESPUÉS...

Pov JungKook.

"¿Mamá? ¿Papá? ¿Son ustedes? ¡Mamá! ¿Me escuchas? No se alejen..."

Abrí los ojos ampliamente un segundo antes de que la alarma  sonara, por lo que la apagué inmediatamente mirando la hora: "6:06 a.m." demonios, tenía que estar en el colegio en menos de una hora, me levanté rápidamente de la cama, aventando tan fuerte las cobijas que casi se volaban de la cama. Corrí al baño y me saqué el pijama, largué el agua de la regadera y mientras se calentaba busqué una toalla, al estar lista me metí rápidamente a la regadera duchándome lo más rápido que podía, hace casi un mes había dejado de tener pesadillas acerca de mis padres, me extrañó bastante el haber tenido ése sueño hoy, pero realmente ahora estaba más preocupado por llegar a tiempo al colegio y poder dar mi prueba.

Al salir del baño corrí al armario con la espalda llena de gotitas que lentamente descendían al igual que las puntas de mi pelo despedían una que otra gota, y yo buscando el uniforme a la velocidad de flash con una mano mientras con la otra me sostenía la toalla, al encontrar un bóxer decidí dejarla caer para así colocármelos en su lugar. Finalmente vestido, tomé la mochila y salí de la habitación, cerrándola con seguro, me dirigí a las escaleras corriendo, bajando de estas a la par que Judy subía las otras, llevando un cesto de ropa limpia doblada, ella me miró sorprendida, imagino que la asusté al llegar tan rápidamente a la planta baja, sólo alcancé a escucharla decir: "Cuidado señorito Jeon, se puede caer".

Salí de la casa y corrí hasta la entrada de la reja de la casa, donde afuera me esperaba mi abuela en el auto.

-¡Kookie, apresúrate! Se te hará tarde- La escuché gritarme en lo que yo subía al asiento trasero del auto poniendo la mochila en mis piernas, tratando de acomodar mi cabello húmedo aunque fuera un poco, así mi abuela arrancó y fuimos hacia el colegio, tomé el celular para ver la hora eran las 6:25.

-Ay mi'jito chulo, mira no'mas cómo andas, acomódate la corbata- Me regañaba mirándome de reojo por el retrovisor, y yo obedecí a lo que ella me decía mientras reanudaba mi respiración ante tanto correteo.

Al estar en la entrada exclusiva para los autos que dejaban a los estudiantes en el colegio, mi abuela me dio bastante dinero, creo que no pudo calcular cuánto me había colocado en la mano debido a la prisa que yo traía, le agradecí y le di un beso en la mejilla, así salí del auto y reanudé mi carrera para entrar al colegio, pero ésa sólo era la primera parte, al igual que mi casa, el colegio era sumamente grande, por lo que ahora quedaba llegar a tiempo al aula.

Llegué todo agitado y descolocado a la puerta del salón y eché un vistazo adentro, al parecer la profesora aún no llegaba, qué gran suerte la mía. Me senté en mi pupitre dejando la mochila al lado de la silla, jadeando, sudando ligeramente, por lo menos no me había olvidado de ponerme desodorante en la mañana, tomé el celular una vez más y revisé la hora, habían dado justo las siete con dos minutos, y entonces la señorita Park entró al salón, dándonos a todos una mirada intimidante con aquellos lentes para la vista que portaba, y aunque fuese una mujer de baja estatura y complexión delgada, realmente tenía un carácter y voz que aterraba, llevando su blusa rosada y aquella falda color hueso con unos tacones del mismo tono, cabello castaño claro y liso hasta la cintura, ceño ligeramente fruncido y sus labios tan rojos. Pude ver cómo un par de mis compañeros de clase corrían como si su vida dependiese de ello hasta la puerta del aula, donde los esperaba la señorita Park sólo para darles una sonrisita de pena y les cerraba la puerta en la cara, recuerdo aquella vez que pasé por eso, fue verdaderamente horrible.

Nadie en la escuela sabía sobre la pérdida de mis padres a excepción de los profesores y la directora de la institución, quien era gran amiga de mi abuela.