Capítulo 1

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- ¡Mierda! ¡No puede ser! ¡Esta hueona otra vez me hará llegar tarde!

- ¡Selena, ¿podrías dejar de hablar en español?! ¡Gracias! ¡Quiero dormir!

- ¡Vete a la mierda!

Qué amable y amorosa es mi mejor amiga. Pero esto es lo usual. Lo normal. Lo típico de cada mañana. Cada día es igual.
Selena pierde algo y me echa la culpa a mí.

¡No es culpa mía que ordene sus cosas en la mañana! Yo lo haría en la noche y así no tendría que estar desesperada por llegar tarde a clases.

- ¿Dónde dejaste las llaves de mi auto? -dice una vez que a entrado a mi cuarto, sin llamar a la puerta antes y con un aire de estar cabreada.

- No te entendí ni un poquito de lo que dijiste -le respondí tratando de ver más allá de su ojos. Realmente estaba cabreada.

- ¡Mis llaves Taylor! -esta bien, eso si lo entendí.

Selena es mi mejor amiga de hace ya seis años. Nos conocimos en la secundaria. Vaya que buena manera de pasarlo bien juntas. Las mejores, siempre, en todo ¡Y no exagero!
Selena llegó a los Estados Unidos a los quince años y por Dios, todavía no le puedo quitar su acento chileno que vive en su interior.

A veces se lo pasa insultandome en español y cree que no le entiendo. ¡Pero se lo entiendo todo perfectamente! ¡Seis años escuchando lo mismo!

- Están encima del refrigerador... Anoche lo saque.

- ¡Qué hueona más balsa! -y se va.

Yo igual te quiero Sel.

A veces me pregunto cómo puede seguir hablando como ellos. Pero es gracioso escucharla cuando está enojada. O también cuando algo le sale mal, o cuando se cae. Mi amiga es muy torpe a todo esto. Quisiera poder quitarle la palabra chucha. La repite muchas veces.

- ¡Te veo en la tarde, Taylor! -¡Que bien! Me lo ha dicho de buena forma y con un tono alegre.

Es un comienzo.

- ¡Cenamos juntas! ¡Cuidate! -le respondo desde mi habitación entre mis tibias cobijas. Esto es vida.

Siento entonces la puerta cerrarse y en seguida el silencio se propagó por todo el Loft. Que manera de quedarse sorda y más encima sola.
Hoy era un día más.

Y no había nada qué hacer con mí vida. Nada, absolutamente nada.

Una vez que terminé la preparatoria, le dije a mis padres que quería irme a vivir sola, en Nueva York. Mis padres son estos tipos de padrinos mágicos que cumplen deseos a toda costa y por supuesto, el hecho de querer vivir sola me lo concedieron a penas cumplí los dieciocho. Fue entonces cuando le ofrecí a Sel que se viniera conmigo.
El loft es enorme, lo tiene todo. Y no pago absolutamente nada.

¿Qué vida es la que llevo?

Me hago la pregunta cada vez que pongo un pie fuera de mi cama. A veces me preguntaba el por qué me levantaba temprano si me quedaba desocupada después de vestirme. No estudio, no trabajo. ¡Por Dios, yo si que no hago nada!
Y hay personas que lo envidian. No puedo creer que lo hagan.

Es horrible estar en esta situación de no saber qué quiero de mi vida. Tengo veintitrés años, me considero una persona útil para esta sociedad... Pero aún no tengo ni la menor idea de lo que quiero aportar.

Antes creía que podía ser veterinaria. Otras veces creía que tenía capacidades para la cocina. Una vez creí que podría ser cantante.

Pero bueno, todo se queda en "Yo creo" porque nunca lo intenté. ¿Y por qué? Por miedo a decepcionar a lo que yo más quería. Mis padres.

On The Way Home ⚜ Kaylor Fanfic #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora