Pamela estaba mirando al frente agarrada a su bolso como si le fuera en ello a vida. Las gafas de sol le ocultaban los ojos pero las mejillas la delataban. Eran más rosas que el color de la puesta de sol. Tenía el pecho agitado haciendo que la perla temblara en el valle de sus senos.
El aire de la cabina se volvió dulce y espeso de deseo, hasta que Harry creyó que podría masticarse.
-¿Entonces quieres dar ese paseo?-
-Sí, pero he pensado lo que debemos hacer. Vamos a mi casa y nos quedamos un rato allí parados en la puerta. Después, me agacho en el suelo de la cabina y podemos ir donde... bueno, donde tengas pensado-
Él se excitó al instante.
-De acuerdo-
Pamela siguió sin mirarlo.
-¿Sabes? Puede que no pase nada. Puede que nos dé la risa o algo así-
-La risa está bien. Reírse significa que normalmente estás pasando un buen rato-
-Quiero decir porque nos sintamos ridículos-
A Harry no se le había pasado ni por la imaginación aquella idea.
-¿Crees que nos pasará?-
-No lo sé. Quizá sea mejor que imagine que eres otra persona diferente-
-No lo hagas -la idea le ofendió más de lo que debería-. Eso sería insultante-
-Como quieras. Pero algunos hombres se excitan con las fantasías sexuales de su compañera-
-No creo que yo entre en esa categoría-
-Si tú lo dices... Pero si nunca lo intentas, nunca lo sabrás-
Pamela parecía ir relajándose a juzgar por su sonrisa de superioridad. Era el tipo de sonrisa que le decía que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Quizá debería echar un vistazo a aquellos libros, después de todo. Desde luego, ella estaba en ventaja porque aunque él había visto su buena ración de revistas pornográficas cuando era adolescente, sólo se había concentrado en las fotografías, no en el texto. Él había supuesto que sería él el maestro y ella la aprendiz igual que habían hecho toda la vida, pero la idea de que Pamela pudiera saber más del sexo que él le hacía sentirse muy incómodo. Pamela se desabrochó el cinturón de seguridad.
-Supongo que será mejor que me esconda en el suelo de la cabina ahora-
-Espera un minuto. Eso está muy sucio. Te mancharás el vestido - Abrió su puerta y salió afuera a sacar una manta que siempre guardaba tras el asiento-. Pon esto primero-
-¡Me acuerdo de esta manta! Era la que usábamos para hacer la tienda en tu jardín!-
-Sí, es la misma-
Pamela la extendió a sus pies.
-Es como encontrar a un viejo amigo. Y sigue tan azul y suave, aunque el borde está un poco desgastado. ¿Para qué la usas ahora?-
-Hum... para cosas diferentes-
De repente no quería contarle que había hecho el amor a varias chicas sobre aquella manta. La guardaba siempre en la furgoneta por si el tiempo era bueno y la mujer estaba deseosa. Y ahora, por muy tonto que pareciera, le parecía una traición hacia Pamela haberla usado de aquella manera.
Ella lo miró con intensidad.
-No te preocupes, Harry. Ya sé que has estado con muchas mujeres-
Él se agitó en el asiento.
-Yo no diría tanto-
-Pues entonces mis hermanos deben estar mintiendo. Según ellos, te has acostado con más mujeres que...-
-¿Importa eso?-
A Harry no le estaba gustando el derrotero de aquella conversación.
-Supongo que no. En cierto modo, es una ventaja. Así tendrás mucha experiencia, o sea que supongo que sabrás lo que hay que hacer-
-Y si no lo sé, tú podrás enseñarme-
Ella lo miró con los ojos entrecerrados.
-No te gusta mucho la idea, ¿verdad, Styles?-
Maldición, Pamela podía leer en su mente como en un libro abierto. Era la única mujer que había podido hacer aquello en toda su vida.
-¡Eh, siempre estoy abierto a las cosas nuevas!-
-Yo te conozco bien. Sé que eres de los que les gusta tener todas las respuestas...-
-Eso no es verdad. Puedo aceptar una sugerencia tan bien como cualquiera-
-Todos los expertos aseguran que el sexo es un tema muy sensible, sobre todo para los hombres. Quizá sea mejor que no mencione algunas de las cosas que he aprendido. No querría acomplejarte-
Aquello le tocó la fibra sensible.
-¿Acomplejarme? Maldición, puedes hacer todas las sugerencias que quieras. ¡Mi ego podrá aceptarlo!-
-¿Lo ves? Ya estás enfadado.
-No estoy enfadado-
Pamela siempre parecía saber cuándo dejar de discutir y sólo lo miró en silencio. Por fin, él esbozó una tímida sonrisa.
-De acuerdo, me siento un poco intimidado-
-¿No te gustaría aprender más si pudieras?-
-Sí. Sólo un tonto no querría-
Bien, Pamela parecía extremadamente satisfecha de sí misma-. Entonces, yo podré contribuir a algo, después de todo-
Aquello le hizo sonreír.
-¿Crees que la mejor contribución que vas a hacer va a ser la de un libro?-
Ella se sonrojó como un tomate.
-Bueno, supongo que no-
-Yo tampoco lo creo-
Ella lo miró un momento antes de desviar la vista turbada.
-Estoy asustada , Harry-
-¿Incluso conmigo?-
Ella asintió.
-Especialmente contigo. Sé que tienes un nivel muy alto. ¿Y si te defraudo?-
Él se estiró y le agarró la mano. Pero fue diferente que cualquier otra vez que le hubiera tomado la mano. Esperó hasta que ella lo volvió a mirar.
-No te hubiera ofrecido esto si no hubiera querido, Pamela. No hay posibilidad de que me defraudes-
La inseguridad asomó a los ojos grises de ella.
-Gracias-
Harry le apretó la mano y se la soltó.
-Nos estamos poniendo nerviosos aquí sentados hablando de ello. Será mejor que nos vayamos antes de que empecemos aquí mismo-
-Puede que tengas razón. Allá voy -se dio la vuelta y empezó a agacharse para poder encajar en el suelo-. Echa un vistazo y asegúrate de que no nos ha visto nadie-
Harry miró a su alrededor.
-No veo a nadie. La mayoría de la gente debe de estar cenando-
Pamela se acomodó en la manta azul.
-Adelante, vaquero-
Y así empezó. Harry inspiró con fuerza y metió la marcha atrás. Había hecho muchas cosas salvajes en su vida, pero esa vez esperaba no haber mordido más de lo que podría tragar.
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Proyecto de Verano (Harry Styles)
FanficEsta novela NO es mía, pero me encanta y me gustaría compartirla. -MuffinJS.xx:)