Ellos no lo saben, nunca lo sabrán mientras su corazón siga latiendo con normalidad y su pecho no duela. No. Definitivamente ellos no entienden el proceso de prodredumbre por el que pasa tu cuerpo cuando la tristeza te invade, consumiendote, matando...
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-"Me encuentro a mi mismo conduciendo sin un destino a altas horas de la madrugada"-
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°ANGST°
Ellos no lo saben, nunca lo sabrán mientras su corazón siga latiendo con normalidad y su pecho no duela. No. Definitivamente ellos no entienden el proceso de prodredumbre por el que pasa tu cuerpo cuando la tristeza te invade, consumiendote, matandote... como un parásito que vive de ti hasta sacrificarte.
No. Repito. No. Ellos no quieren entenderme, jamás se pararían a ponerse en mi lugar porque solo un loco masoquista querría sentirse tan endemoniadamente lastimado por dentro como me siento yo. El dolor en el pecho recorta la piel de mis órganos y me encojo con pena ante tal sentimiento , mi piel es rajada en forma de metáfora porque solo eso logra explicar la forma en la que me muero cada día. ¿Te imaginas vivir con la piel de la caja torácica ensangrentada a cada segundo de tu insignificante vida? Bien. Así es como me siento. El dolor físico es una comparación demasiado vaga, absurda, sin fundamento...
Mis pies caminan sin prisa, los latidos de mi corazón expulsan la sangre con fuerza , esta recorre mi cuerpo muerto en movimiento. Duele, duele saber que pronto dejaré de respirar pero el alivio supera por mucho cada resquicio de miedo, duda y sufrimiento.
El acantilado está cerca, es de noche y la luna brilla en el cielo aportandome un solo segundo de tranquilidad. Es curioso que el momento de mi huida hacía el "ya no volverá" sea mucho más bonito que todos esos "eres único, olvida el dolor y intentalo por las personas que amas" . Quizás el error estuvo en que jamás he sido capaz de amar, ni siquiera a mi mismo.
Durante un tiempo mi mayor miedo fue el de morir solo, sin nadie que encontrará mi cuerpo inerte , siendo solo el edor de mi carné podrida el que alertase a los vecinos de mi edificio de que algo estaba mal. Ni siquiera ellos saben de mi existencia, tantas escaleras subidas, muchas otras bajadas. Miradas conectadas con el chico del tercero, su intento por acercarse a mí y mis acciones contradictorias cuando en realidad deseaba tenerlo a mi lado. Sus labios rosas, su sonrisa escandalosa, sus manos suaves, sus gemidos, sus "te amo" , mis "lo siento" . La forma en la que siempre apartó a las personas sin llegar a abrir la boca.
El dolor fue mi primer amor , una relación obsesiva en la que yo me entierro a mí mismo mientras las voces ríen con fuerza ensordecedora en mi cabeza.
Camino. Camino lentamente observando la luna y escuchando el mar, mi coche parado a solo unos pasos, quince para ser exacto y la última canción que escucharé sonando con fuerza para acallar cada pensamiento que pueda hacerme caminar hacía atrás.
El mar, es precioso, recuerdo a mi madre muriendo atrapada entre las olas y a mi padre tratando de salvarla . Los dos murieron, igual que la persona que yo era en aquel entonces. Igual que el niño de diez años que jamás volvió a sonreír.
Y si preguntan alguna vez como morí quiero que respondan que me convertí en espuma de agua salada durante la noche del equinocio de otoño. Pero no preguntaran. Te prometo que nadie te lo preguntará.
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