El secreto de Zenerie.

Capítulo 2 - Biblioteca.

Zenerie.

Quedan nueve meses para mi cumpleaños y a mi familia parece no importarles en los absoluto. Últimamente hasta Claudeth esta nerviosa al igual que mis padres,no precisamente por montarme una fiesta sorpresa aunque falten muchos meses. Todo desde que cumplí los diecisiete. Incluso los espíritus se alejan de mi como si apestara a gas de mofeta. No sé que es lo que esta pasando, pero pretendo descubrirlo.
Claudeth se a pasado todo el día en la biblioteca de casa buscando y rebuscando en diferentes libros, categorías literarias... Pero parece no encontrar lo que quiere. Yo solo me he limitado a observar cada uno de sus movimientos.

- ¿necesitas ayudad? - la miro llegar a metrls de mi levitando con una pila de libros de diferentes colores y tamaños.

- por enésima vez, no gracias - deja los libros en el escritorio -tienes que estudiar para tus exámenes, además esto es...

- ¿confidencia fantasmal? - interrumpo.

-mmm... Algo así- contesta recogiendo su larga cabellera rubia en un moño.

- ¿cuando será el día en que me cuentes la causa de porque se fue mo hermana? - murmuro cambiando el tema.

-pronto- esta vez su mirada sincera se conecta con la mía.

-pero...

- me tengo que ir a leer estos libros, luego nos vemos -se desvanece al instante dejandome acompañada solamente de cientos de libros.

- odio que haga eso- golpeo la mesa con mi puño. Recojo todo lo de la mesa y me voy a mi cuarto.

Dentro de unos días hacemos dieciocho años juntas ya que Claudeth no es solo mi amiga sino también mi ángel guardián además no solo es mia. Comparto la protección de Claudeth con Zara. Así que por lo que a mi me concierne Clau tiene que saber donde esta mi hermana.
Estuve todo el día estudiando (dado que mis padres estan en la iglesia) para calmar las preguntas sin respuesta que atormentan mi ser. Lo peor de todo es que al igual que yo mi ángel también pasa encerrada en sus libros buscando quien sabe que. De vez de estar conmigo nuestro cumpleaños.

******

Han pasado tres días y justo hoy Claudeth, Zara y yo cumplimos 18 años juntas. La estoy buscando por toda la casa ya que hace unas horas que no la veo, fui biblioteca donde suele estar estas últimas semanas. Miro detalladamente cada estantería y cada libro hasta que sentí que alguien entraba, me asome y pude apreciar las figuras de mis padres hablando entre si. Me mantengo al margen en silencio para que no me vean, nunca los había visto tan concentrados buscando un libro y mucho menos hablando como si ese tema de conversación fuera prohibido.

-no de puede entera- dice mi madre. No logro escuchar bien. Mamá se sento en el escritorio, mi padre se acerca a un viejo baúl  del que saca un libro muy antiguo. Lo pone sobre la mesa. Busca entre las páginas hasta que da con la que quiere.

- aquí no dice nada sobre su cumpleaños número dieciocho -informa papá leyendo.

- no puede ser, la maldición siempre se cumple. Durante generaciones a ocurrido lo mismo.

- quizás nuestra hija sea especial a lo mejor no tiene porque pasar por... -papá eleva la voz sin terminar lo que dice.

-sshh John te puede oir. Será mejor que esperemos -mamá cierra el libro y lo guarda dentro del baúl.

Acto seguido se marcharon de la biblioteca dejandome con un vacío en el pecho estremecedor, jamás les pregunte sobre mi nacimiento y tampoco tuve la necesidad de reclamarles sobre Zara puesto que era nuestro secreto. Siempre la mantuve apesar de los años que llevo llorando su ausencia. Pero que después de años sigan mintiendome respecto a mi existencia no lo tolero más. Ahora parece ser que soy un tipo de maldición que no les deja conciliar el sueño... Toda mi vida se a basado en ocultar la verdad ¿quién soy en realidad? ¿de qué se trata esa supuesta maldición? Tantas preguntas surgen de mi que solo quiero salir allí afuera y exigirles que me cuenten la verdad, pero siendo honesta no sabría si podría confiar en que sus palabras fueran sinceras. Puedo obtener dichas respuestas de otra forma, sospecho que Claudeth esta detrás de todo esto porque siempre me sale con: "es confidencial" o "esto no es acto para tu mundo. Son letes universales". No se cansa de ofrecerme escusas baratas que yo como buena amiga las acepto, pero ya eso ya tiene que acabarse. Especialmente hoy tiene que demostrarme que los años que hemos pasado juntas no fueron una mentira, que todo fue real y simplemente es un mal entendido.

Voy directa al baúl donde se encuentra guardado el libro, no sin antes asegurarme que no hay nadie vivo o muerto merodeando por aquí. Antes de hacer cualquier movimiento en falso debo informarme sobre esa profecia. El baúl esta cerrado y no tengo tiempo para buscarla, seguramente la tendrán mis padres. Me llevo las manos enredandolas en mi cabellera para quitarme una pequeña orquilla de este. La doblo y desdoblo hasta darle la forma correcta, la coloco en la cerradura y giro con suavidad repetidas veces para poder abrirla. Pasan unos minutos y mi esfuerzo es en vano. Oigo pasos detrás de la puerta en señal que mis progenitores volveran a entrar. Antes de que puedan verme me escondo bajo el escritorio sigilosamente.

-casi se me olvida la llave del baúl-  mamá se acerca al escritorio y toma algo metalico que no consigo ver- la guardaré en mi despacho en la Universidad - ¡la llave! ¿qué? ¿siempre estuvo ahí? Oh no.... Me doy un leve golpe en la frente.

-ten más cuidado, Zenerie podría haberla visto- eso pretendía, ahora tendré que inventarme algo. Necesito esa llave dado que mis conocimientos de películas sobre abrir cerraduras no han son muy factibles.

-lo siento -se dan un beso el cual no me apetecía presenciar y se van. Salgo de mi escondite para marcharme al salón disimuladamente como si no supiera nada, en cuanto se presente la oportunidad iré ala Universidad a por la llave.