Si no te hubieras sentado en esa mesa de esa cafetería
Si ese verano no hubiera querido trabajar
Si mi tia no necesitara una empleada en su cafetería
Nunca me habría enamorado de ti
Si fueras menos divertido, o un poco más desagradable
Si la multitud de chicas que te piensan fueran tuyas
Si fueras un poco más simple
Si no hubiera hablado contigo
Nunca me habría enamorado de ti
Si a la semana no hubieras aparecido en mi clase de segunda hora
Un lunes por la mañana
Nunca me habrias sacado esa sonrisa tan imposible un lunes
Si ese asiento al lado mio no estuviera vacio
Nunca me habría enamorado de ti
-Hola
-Hola-dije tímidamente mientras me recogia un mechón de pelo detrás de la oreja.
-¿Eres la chica de la cafetería, no? La de la cafetería Reynolds- dijo girándose a mi y clavándome esos profundos ojos marrones dentro de mi.
-Si, supongo.- ¿Supongo? Oh, por favor Tania ¿Por qué eres tan estúpida?
-Soy Max- Max... hasta en mi mente sonaba bien.
-Yo Beth, de Elisabeth, pero mejor Beth porque Elisabeth suena muy formal y así no me confunden con mi madre, bueno ¿Quién me iba a confundir con ella? Oh- hice una pausa al ver que una sonrisa se dibujaba en su cara, estaba hablando como una loca- Lo siento- dije con la cabeza gacha.
-Vale Elisabeth.
No sabía como pero la clase del señor Lin de Tecnología se había pasado sorprendentemente rápida al tenerle al lado.
Era casi perfecto, ojos marrones, pelo castaño y super alborotado, complexión delgada y le veía un parecido casi de gemelos con Brandon Flynn, obviamente mi actor favorito.
...
-¿Cómo era? ¿Tenía tatuajes? ¿Sabes como se llama en Instagram?
-No Nataly, no se nada de el.
-Oh por favor, en una hora y más con el señor Lin a mi me da tiempo de sobra para saber hasta su grupo sanguíneo.
-Te recuerdo que no todas somos tan lanzadas como tu.
-No soy lanzada, aprovecho las oportunidades que me da la vida, cosa que tu tendrías que valorar.
Para Nataly era fácil valorar eso, era una morenaza de ojos verdes que dejaba a todos los chicos con la boca abierta cuando se ponía vestido. Ni siquiera sabía como podíamos seguir siendo amigas desde sexto, era extraño. Una nerd como yo y ella una barbie de tez color café.
Dejó su mochila en una mesas acomodadas detrás del instituto, nuestro lugar de confesiones, donde aparte de nosotras, solo habían raritos probando experimentos y matones en una esquina haciendo cosas ilegibles.
Sacó una cajita de metal estampada con pegatinas de hello kitty, al abrirla sacó un cigarrillo, seguidamente cerró la cajita y la volvió a meter en el bolsillo pequeño de su mochila. Introdujo la mano en uno de los bolsillos de su pantalón y saco un encendedor rosa fosforito con el que encendió el cigarrillo.
-Parece mentira que sigas fumando después de lo de Jessica.
-Ay señor, Beth. Esa, cosa- dijo refiriéndose a Jessica como cosa- es tonta, parece mentira que no confíes en tu mejor amiga, no me volveré tan loca sin tu no lo haces antes.
Me puse a jugar con las piedras que había en el patio del instituto, siempre me había preguntado como habían llegado tantas hasta ahí. Mientras Nataly le daba una última calada a su cigarrillo alguien gritó:
-Eh, oye, señoritas, no se puede fumar en el instituto- de repente nos giramos rápidamente, un hombre alto, delgado, con pelo canoso y con un silbato colgado al cuello se acercaba a nosotras. El profesor de Educacion Física.
-Corre, corre- Nataly tiró la colilla ya consumida al suelo mientras se bajaba de la mesa de madera donde estaba sentada.
Nuestro lugar de confesiones estaba totalmente elegido aposta, sabíamos que nadie asaba por allí y los que pasaban nunca habrían dicho nada de lo que hacíamos allí, los nerds por miedo y los malotes,es que simplemente no hablaban con nadie. Bueno, el lugar estaba justo detrás del pabellón que poseía una gran puerta de metal, la cual siempre estaba abierta y si alguien nos pillaba podíamos escabullirnos por ahí.
-¡Tira fuerte!- dije mientras intentábamos mover la gran puerta de metal. Una vez abierta entramos en el frío pabellón, lleno de canastas, porterías, redes, colchonetas, y mucho balones. Nos quedamos un minuto paradas pensando hacia donde dirigirnos.
Una vez inspeccionado todas las salidas nos dirigimos haca la puerta que daba directamente a secretaría, sería bastante arriesgado pero no imposible. Si no estaba abierta sería nuestra perdición, pero solía estarlo. Por si no lo habéis notado el instituto no tenía mucha seguridad.
Subimos unas escaleras lo más rápido posible y llegamos a la puerta, Nataly giró el picaporte los me fuerte y rápido que pudo pero no abría. Una vez dadas por vencidas nos apoyamos en la puerta recuperado el aliento.
El profesor se acercaba a toda pastilla, con las oportunidades de salir corriendo por los suelos el picaporte se retorció, alguien intentaba abrir desde dentro. Miré a Nataly que se había sentado en el suelo y se levantó rápidamente, la puerta se abrió y la luz del pasillo del instituto me cegó.
Entremos antes de que el profesor nos alcanzara y cuando estuvimos dentro los primero que hicimos fue cerrar con llave.
Soltemos un suspiro.
Ah por cierto ¿A que no sabéis quien estaba en secretaria?
Max
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Max
Teen FictionSi no te hubieras sentado en esa mesa de esa cafetería Si ese verano no hubiera querido trabajar Si mi tia no necesitara una empleada en su cafetería Nunca me habría enamorado de ti Si fueras menos divertido, o un poco más desagradable Si la multit...