Una nueva oportunidad

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La primera prueba del Torneo de los Tres Magos comenzaría en breves instantes. Harry se encaminaba hacia la carpa de los campeones cuando alguien gritó su nombre.

-¡Harry! ¡Harry, espera! -pidió una voz de niña que a él le resultaba muy familiar.

El muchacho se dio la vuelta y vio a su hermana Sarah.

-Buena suerte, Harry -dijo ella-. Lo harás genial, ya verás.

Harry esbozó una sonrisa torcida.

-Con no terminar muerto, me conformo -respondió.

Sarah lo abrazó, y él a ella.

-¡Vaya! Y yo que pensaba que apoyabas a Cedric Diggory -bromeó Harry.

Dumbledore llamó a los campeones, con lo cual, Harry entró en la carpa y Sarah se perdió entre la multitud.

Severus Snape estaba sentado en un palco reservado para los profesores y los padres de los campeones. Iban a anunciar cuál sería el primero en participar cuando alguien ocupó el asiento vacío que él tenía a su lado. Era Lily.

-Hola, Severus -dijo ella-, ¿no ha empezado aun, no? Tengo tanto trabajo en el Ministerio... creí que no llegaría a tiempo.

-Hola, Lily. No, aun no ha empezado -respondió él.

-Menos mal...

Severus echó un vistazo a las gradas y vio a Sarah al lado de Hermione Granger, hablando con ella. Eso era sorprendente; no eran muy amigas, al menos hasta entonces.

La prueba comenzó. Harry participaría en último lugar. Severus notó que Lily se estaba poniendo nerviosa mientras los demás campeones participaban, pues su hijo tendría que enfrentarse a un dragón. Cuando le llegó su turno, Harry empleó un encantamiento convocador para que su escoba volase hasta él, y así poder usarla para burlar al animal y tratar de hacerse con el huevo que custodiaba. El muchacho lo estaba haciendo bien, pero no pudo impedir que el Colacuerno Húngaro le arañase la espalda. En ese instante, inconscientemente, Lily agarró con fuerza el brazo de Severus. Harry logró coger el huevo y la prueba finalizó, quedando él empatado con Krum en la primera posición.

Tras haber oído las puntuaciones, la gente empezó a levantarse de sus asientos.

-Voy a ver a Harry -dijo Lily-. Adiós, Severus.

-Adiós.

Al profesor no le gustaban las fiestas ni las celebraciones. Pero se sentía aliviado: Harry había sobrevivido a esa prueba.

Después de cenar, Severus entró en su despacho. Y un poco más tarde, alguien llamó a la puerta. Sarah aun debía cumplir su castigo, así que se imaginó que sería ella. Pero se equivocaba. No era Sarah, era Lily. Esa sorpresa fue de su agrado.

-Buenas noches -saludó él-. ¿Qué quieres?

Lily sonrió y se sentó en una silla frente a la mesa del escritorio.

-Buenas noches, Severus -dijo-. Harry está bien, solo era un rasguño. Y también he estado con Sarah; parece que ha vuelto a la normalidad. ¿Has hablado tú con ella?

-Sí, como te prometí.

-Pues ha surtido efecto -concedió Lily-. Te lo agradezco mucho. Estaba preocupada.

Severus sonrió.

-Me alegro de que estés con ellos en Hogwarts -afirmó Lily-. Me tranquiliza.

Severus pensó: "¡Quién lo diría!", pero no lo expresó en voz alta. Lily ya se había disculpado con él anteriormente y no quería echarle en cara su antigua desconfianza.

La elección de Severus: Entre luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora