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—¿Prometes no dejarme nunca?—Preguntó con una sonrisa de oreja a oreja enseñado el dedo meñique en señal de promesa.

—¡Sí, juntos para siempre!—Dijo muy feliz el chino imitando la acción de su contrario.

—¡Es una promesa!—Gritaron en unísono.

《Una promesa...》

Sweets. «RenChen»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora