La Honesta, la valiente y la mala

La chica de New York

Todo transcurría normal en París, si se entendía por ataques de Akumas con Ladybug y Chat Noir salvando el día.

La única diferencia es que, al mismo tiempo, fue la noticia boom que la heroína moteada con el gato negro eran una pareja oficial, lo cual opacaba la otra nueva del noviazgo de Adrien Agreste con una joven compañera de clases, Marinette Dupain-Cheng. Tanto la televisión como todos los medios sociales y comunicativos eran un caos las 24 horas.

La aspirante a diseñadora no estaba segura si vivir un sueño o una pesadilla; en su relación de superhéroes todo era miel sobre hojuelas, ya que todos los parisinos esperaban con ansias ese romances, hasta el punto de crear dibujos y sacarles fotografías, (aunque eso implicaría ser atacado por un Akuma), para luego usarlo como el nuevo símbolo romántico de París. Pero siendo Marinette y Adrien, todo dio un giro de 180º.

En un principio todos estaban entusiasmados por el noviazgo del heredero Agreste, pero pronto, las malas lenguas empezaron a rondar en torno a Marinette. Comenzaron a ser comentarios sin importancia que se los llevaba el viento, hasta que algunas "jovencitas" de París, del shock y la tristeza, pasaron de la etapa de la ira a la envidia.

En esos días, algunas adolescentes que Marinette conocía, y otras que jamás había visto en su vida, tomaron el hábito de pasearse cerca de ella con una mirada asesina, hasta el punto de ingresar a la panadería y comentarle "cosas" entre sus compras.

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En la habitación de Marinette, estaban reunidos Adrien, Nino, Lady y los Kwamis, consolando a la peliazul luego de un complicado día en la escuela.

-¡YA NO LO SOPORTO! –se lamentó Marinette, mientras recibía un abrazo de su novio – Ahora dicen que estoy contigo por los estatus sociales ¡¡¡BUAHHHH!!!- la muchacha buscó refugio en Adrien como si de una pequeña se tratase.

-No te preocupes Angel –le confortó el rubio- Aunque no lo creas, mi padre esta viendo ese asunto.

-Supongo que no quiere mala publicidad para su compañía –reflexionó Nino, recibiendo un codazo de Alya y un gruñido de Lady, la que ahora dejó de ser una cachorra para convertirse en una perrita bien cuidada.

-A-Adrien.... –Marinette hizo un puchero, haciendo que ahora Tikki le gruñera a Nino - ¿Y si tu padre decide poner fin a nuestra relación? –la joven Dupain-Cheng volvió a sus dramas, casi cayendo de espaldas si el Agreste no le sujeta a tiempo.

-¡¡¡NINO!!!- gritaron Alya, Adrien, los Kwamis, y por poco, Lady le muerde en la retaguardia si el moreno no se percata.

-L-Lo siento, hablé de más –se disculpó el Dj.

Al día siguiente, Marinette parecía alma en pena en la entrada del colegio, por lo que Alya debía llevarla a rastras al interior, al mismo tiempo que le hacia de guardaespaldas.

Y para su suerte, Adrien salió a su encuentro, abrazando protectoramente a su novia, e ingresaron al edificio tomados de la mano, para envidia de algunas chicas.

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-No te preocupes, niña –le animó Alya, una vez tomaron asiento con sus novios, puesto que Adrien había tenido serios problemas con la profesora, por estar volteándose a ver a su novia cada cinco segundos - La madre de Manon me dijo que Gabriel Agreste iba a imponer una denuncia si los paparazzi seguían molestándote, después de todo, aún eres una menor de edad.

-Lo sé, Adrien ya me había dicho, pero no son los paparazzi los que me preocupan.... –Marinette dirigió su mirada a la puerta donde se veían a cuatro chicas que no la dejaban de observar de forma venenosa.