¿Quién lo hubiera pensado? Que terminaría enamorado del chico más revoltoso y enérgico que jamás hubiera conocido. Nadie o al menos el nunca se lo espero.
Los sentimientos que ahora lo acompañaban le hacían querer estar cerca de él, así fuera solo para discutir o para burlarse el uno del otro, el solo quería tenerlo cerca. Necesitaba de su compañía, porque cuando lo tenía a su lado no se sentía "El rey de la cancha" aquel apodo que lo persigue a pesar de todos sus esfuerzos por quitárselo de encima. Cuando Kageyama estaba con Hinata era solo eso, era solo Kageyama. Eran compañeros de equipo, eran rivales pero sobre todo cada uno era la causa por la que el otro se mantenía en pie.
Podían verse a los ojos durante un partido y expresar tantas cosas sin necesidad de tener que hablar. Era algo especial que compartían, era una conexión que se fue desarrollando entre ellos dos y era hermosa. Hinata podía verlo y aunque nadie más notara que le ocurría fácilmente lograba descifrar sus emociones. ¿Es irónico? ¿No? Empezar anhelar tanto a alguien que principio no te caía para nada bien. Es curioso como los sentimientos cambian. Esto al inicio le parecía molesto, más bien se podría decir que lo odiaba, pero después de ver que nada de lo que hiciera iba a hacer que el tonto de Hinata le dejara de gustar no le quedo de otra que aceptar sus propios sentimientos y una vez que lo hizo se sintió mucho mejor.
Por todos estos pensamientos que Kageyama tenía en su cabeza era que estaba tomando el valor para hablar con el pequeño pelirrojo que caminaba a su lado. Sí, había aceptado sus sentimientos y ahora tenía que encontrar la forma de saber si él lo aceptaría.
-Oye, Hinata- Kageyama hablo por primera vez desde que habían salidos juntos de gimnasio.
-¿Qué pasa Kageyama?- Hinata subio la mirada hacia Kageyama quien parecía estar teniendo una lucha mental por todas las muecas que hacía, esto le hizo un poco de gracia al más bajo.
-Bueno, yo quería- Kageyama seguía haciendo muecas
-¿Qué querias? ¡Querías practicar pases!- Hinata lo interrumpio dando brincos emocionado, esto hizo que Kegeyama frunciera el ceño y mandara su inexistente paciencia al demonio.
-¡Deja que termine de hablar, Hinata idiota!
Hinata se puso en posición de defensa.
-Quería decirte que quiero estar contigo-Kageyama siguió hablando, con un tono menos brusco como el usado anteriormente.
-¿Quieres estar conmigo? ¿En la cancha? ¡Yo también! Después de todo hacemos buen equipo.
-¡No me refiero a eso Idiota!-Kageyama estaba oficialmente frustado.
-¿A qué te refieres entonces?- Hinata lo miro confundido.
Kageyama tomo aire.
-Me gustas, Idiota-El azabache se sonrojo y aparto la mirada del otro chico.
-¡Oh! Era eso- Hinata le sonrió y se acercó al sonrojado armador dio un pequeño salto hasta llegar a la mejilla del otro donde dejo un pequeño beso contribuyendo a que el sonrojo de Kageyama aumentara más si es que eso era posible- Tu también me gustas- Dicho esto Hinata dio media vuelta y empezó a correr a paso lento alejándose y fue cuando Kageyama reacciono
-¡Eh! ¡No huyas después de decir eso!- El armador empezó a perseguirlo convirtiendo lo que en principio sería una confesión en una persecución y aunque por fuera parecía querer matar a pelirrojo, por dentro estaba más que feliz, porque ahora sabía que sus sentimientos eran correspondidos.
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¿Quién lo hubiera pensado?
Fanfiction¿Quién lo hubiera pensado? Que terminaría enamorado del chico más revoltoso y enérgico que jamás hubiera conocido. Nadie o al menos el nunca se lo espero.