Querido Javier:
Aunque tú conozcas hasta lo más privado que hay en mi vida, ahora esto es público y me dedicaré a dar un pequeño resumen del contexto que nos unió y no pretende separarnos.
Sorpréndete: Mientras tú apenas vas leyendo un par de líneas hay mucha gente afuera que ya leyó mis cartas para ti. Tú eres mi último lector. Y si tienes esto en tus manos es porque:
- 396 últimas cartas se volvió un libro registrado y físico.
- Terminé la historia y me había prometido entregártela una vez haya concluido mi obra.¿Por qué lo hice? Pues en un ligero ataque de cordura la ambición me invadió. Esto es tan bueno que todos deben leerlo.
Tienes a una escritora soberbia y petulante arrodillada ante ti y dispuesta a todo por ti. Elevándote a lo más alto aún así te sienta inferior a ella. Aún así ella crea que eres un triste idiota que no consigue ni su propia identidad. Ella, aún así te ama.Apuesto has de haberte reído al leer lo que pienso de ti. Compréndeme, desde que tengo uso de razón me formaron para ser así y no conozco la humildad. Yo sólo soy mejor que las demás.
Nuestra historia es muy extensa y compleja para la corta edad que ambos tenemos. A decir verdad entiendo tu partida y tu regreso a medias. Éramos tan impulsivos y pasionales que nos herimos a veces tan profundo que aún esa herida sigue abierta. Tú te intoxicaste con mi amor enfermizo y yo me ahogue en tu imponencia. La manipulación hecha hombre, un hombre con unos ojos hermosos por cierto. Junto a una mujer impulsiva. Eso éramos nosotros. Cometimos muchos errores, y es momento de recordarlos.
Tu escritora favorita Valeria.
Vamos, no lo niegues, lo soy. Es lógico y natural no te preocupes.Pd: Es mejor que te acomodes muy bien, esto nos tomará tiempo y lo sabes. Por favor, léelo, esto fue escrito sólo para ti. Te quiero muchísimo.
Pd2: Dentro de la caja hay una bolsa de dulces para ti. Y son dietéticos así que no hay excusa para no comerlos.
Pd3: Me encanta hacer posdatas.
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396 Últimas cartas
RomancePosiblemente sea la remitente más absurda que hayas tenido alguna vez. No recibir centenas de últimas cartas se volvió tu rutina. Escribirte decidida a entregártelas y olvidarte es la mía. No hay escritos mejores que esos que haces con el corazón en...