¿Es él? No, no lo es.

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Rukia lo miraba incrédula, sin moverse, sin poder emitir palabra.
El muchacho era alto, mucho más que ella, llevaba un pañuelo negro, cubriendo su frente y el principio de su cabello, ese cabello como el fuego... medio suelto, por solo llevar una media coleta hecha, su ancha espalda se enmarcaba bajo un jersey de lana fina y blanca, las largas piernas enfundadas en un vaquero negro desgastado o mas bien destrozado; manos grandes, brazos fuertes pero no... no estaban adornados con esos tatuajes que asomaban en el recordado ... y un poderoso reiatsu del color de la sangre que flameaba a su alrededor. De repente, se extendió hasta ella, lamiendo inconscientemente con sus llamaradas su propio reiatsu, como reconociéndolo, qué sensación tan familiar. El muchacho giró su cabeza al notar su presencia, y luego volteó completamente al ver que lo observaba.

Rukia empalideció cuando el hollow daba un paso hacia el muchacho que ahora le daba la espalda.

- ¡Corre!- le gritó con todas sus fuerzas mientras desenvainaba a Sode no Shirayuki en un fluido movimiento y corría hacia el muchacho tratando de salvarle la vida.

- ¿Puedes verlo?- preguntó el muchacho intrigado, y sin esperar la respuesta, que en este punto era obvia, y viendo que ella llevaba una espada en la mano, añadió: - ¡No le hagas daño! No es malo, pero puede hacerte daño si se enfada, aléjate. - Le advirtió interponiéndose en su camino.

En ese momento el hollow desapareció corriendo entre los árboles del parque haciéndose cada vez más pequeño.

- ¡¿Ves lo que hiciste?! Lo has asustado, me llevará semanas ganar su confianza de nuevo. - se quejó el muchacho pareciendo enfadado con ella.

- Puedes verme… - fue toda la respuesta de Rukia.

- Claro que puedo verte …eres bastante pequeña - dijo inclinándose un poco sobre ella - pero aún así puedo ver tu ridícula bata negra …qué  te pasa, ¿crees que estamos en Halloween o algo?- se mofó de ella conteniendo una risa.

- ¿¡Cómo te atreves, pedazo de idiota!? - estalló Rukia ante la ofensa - ¡es que no ves que esa cosa pudo haberte matado, Sólo estaba intentando salvar tu patética vida!

- Pues no necesito tu ayuda, enana, acaso no puedes tú ver que lo estaba manejando solo.

- ¿A quién le dices enana? tú, don creído teni..- ella se frenó en el acto, y observó entonces, volviendo a la realidad, que el muchacho no tenía ningún tatuaje en su frente, en ninguna parte de su cuerpo, ¡NO ERA RENJI!

- Lo siento-- se disculpó recobrando la compostura y recordando que este no era su Renji - No debiste arriesgarte así, esas criaturas son peligrosas, cómo puedes creer que lo estabas manejando, ¿qué puedes saber tú niño de hollows? Se podría haber alimentado de ti y haberte matado.

- Eso no hubiera ocurrido, te lo dije, sé cómo manejarlos, estas almas sólo necesitan un guía al otro mundo, no hay necesidad de atacarlas con tu ridícula espadita.- le contestó arrogante, su cara dibujando con esa sonrisa de lado que ella tan bien recordaba.

- Esto no es una espadita.- replicó ofendida – Sode no Shirayuki es un zampakuto, y envia a almas al otro mundo. Es mi trabajo, no el tuyo, mocoso.

- Deja de llamarme niño, si ni mides un metro y no puedes tener más edad que yo…- él se detuvo pensativo- te conozco de alguna parte?- le preguntó sorprendiendo a Rukia- Qué eres tú?- agregó.

- Yo… - vaciló la capitana - no creo que puedas conocerme… soy una shinigami, y estoy aquí porque cazar hollows y enviarlos a la sociedad de almas es mi trabajo, tú no tienes idea de qué estas haciendo, sólo juegas al héroe porque tienes un poco de energía espiritual.- le respondió arrogante- deja que los profesionales se encarguen muchacho.

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