Susurros de la memoria •PAUSADA•

Mi disculpa

Su sonrisa apareció: corta, brillante y conciliadora. No sabía por qué pero sentía la ferviente necesidad de pedir perdón y no parecer tonta.

—¿Por qué te disculpas? ¿Es acaso que recuerdas algo?

—¿A qué te refieres? ¿Hay algo que deba de recordar?—Dije.
—No... Es solo que es extraño que no te acuerdes—Su comentario me extrañó, aunque no fue tanto lo que me tomó para aceptar la decisión de intentarlo.

Cuando hice el esfuerzo una oleada de dolor golpeó mi cabeza, el reflejo involuntario de tratar de curarme con la mano pasó.

—No lo intentes, te harás daño—Dijo mi angel, acercándose tiernamente y acariciándome la cabeza.
Aparentemente no se daba cuenta de sus acciones porque se alejó de mí inmediatamente con un poco de verguenza... y algo más.

Seguimos así mucho rato, hasta que se fue. Cuando se fue, salí de mi habitación y caminé con la vía intravenosa. Me quedé quieta pensando en las cosas del día de hoy sin fijarme el lugar, eran tantas que me dolía la cabeza pero no podía evitar preguntarme ¿por qué estaba en el hospital? Según yo, era solo amnesia temporal dado que habían personas que no conocía y que mi madre y hermano dicen que conozco.

El lugar donde me había quedado parada era el baño, ¿qué mejor que entrar y refrescarme un poco? Entré directo al lavabo, grande fue mi sorpresa cuado vi mis vendas.