La grabación.

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Estaba limpiando el sótano de mi nueva casa. Estaba lleno de polvo y pronto mi esposo llegaría de sus negocios en Londres, y él es muy alérgico. Tenía que aprovechar este día libre de trabajo para dejar la casa en perfecto estado. Si no, ¿quién se aguantaría sus quejas acompañadas de millares de estornudos? Yo, ni loca. Mejor prevenir que lamentar.

Mientras pasaba la escoba por una parte alta quitando unas telarañas, vi por el rabillo del ojo, en una esquina oscura, una caja de cartón. Me pareció muy extraño. La chica que me vendió la casa se aseguró de dejar todo vacío. Bueno, es normal que a la gente se le olviden algunas cosas de vez en cuando.

Me acerqué a la caja y le quité la polvareda de la tapa. No estaba embalada, y por eso las solapas se movían. La curiosidad comenzó a atacarme.

No lo hagas, eso es invadir privacidad ajena.

....

....

A la mierda. Nadie la manda de despistada.

La cargué y el peso me sorprendió. Pero la mantuve en mis brazos, y subí las escaleras para ir a la sala. Me senté en el sillón, la coloqué en el suelo, y la abrí. Comencé a sacar las cosas. Había varios libros de novelas y gruesas guías estampadas, repletas sólo de partituras. También había un diario. Lo supe porque en su portada tenía grabadas unas iniciales: "L.J", pero tenía una cerradura, así que lo coloqué a un lado. Y en el fondo, había un álbum de fotos. Lo supe porque en su portada decía "Recuerdos", junto a seis firmas que no pude descifrar. Cuando lo saqué, un pen drive aterrizó en el fondo de la caja. Lo tomé, y lo coloqué en el sillón, empezando a ver el álbum. Estaba repleto de fotos de un grupo de chicas, en el cual, estaba la que me vendió la casa. Mina... Tina... Dinah, sí. Ese era su nombre, Dinah. 

Había fotos grupales, otras individuales, y otras en parejas. En la primera, estaban todas las chicas tomándose una selfie frente a la casa. Todas estaban sonrientes. La descripción decía "Inaugurando nuestro nuevo hogar. Comienzo de una nueva aventura". Conté a las personas de la foto, y eran seis en total. Todas mujeres.

Ahora que recuerdo, la chica, Dinah, me comentó que la casa la habían usado ella y sus amigas como hogar compartido, puesto que estaban en la Universidad de Florida y la ubicación se les hacía muy favorable para sus estudios. Era una buena explicación para la gran cantidad de habitaciones. Pero como ya se habían graduado, no la necesitaban más, y por eso la estaban vendiendo. A mi esposo Charlie y a mí nos venía bien para establecernos, porque ya él decidió dejar de vagar por el mundo en sus viajes de negocios y prefirió quedarse en su sucursal en Miami. Y yo, al ser artista plástico independiente, me daba igual dónde estar.

Entonces, al asegurarnos de que la casa estuviese en buen estado gracias a unos expertos, la compramos. Y bueno, ahora yo estaba aquí, siendo una chismosa y entrometida compulsiva.

Seguí viendo las fotos. Unas eran tomadas con una cámara Polaroid instantánea, y otras eran normales, reveladas. Había en la playa, en la Universidad, en un parque de diversiones, en fiestas, en discotecas... En fin. El punto es que se veían muy unidas, a pesar de que era un grupo grande de amigas.

La última foto, hecha con una Polaroid, mostraba a una de las chicas, dormida en un sillón. Y la descripción era larga en una linda caligrafía, diferente a las demás. Decía:

"Al verte así, tan indefensa, se me vienen a la mente todas las cosas que he pasado a tu lado. Las discusiones, los malos tragos... Y me doy cuenta de que todo ha valido la pena. Absolutamente todo. Porque al verte así, soñando (tal vez conmigo), viéndote tan tranquila, sé que tu actitud fuerte y fría sólo es tu defensa para lo asquerosa que se pueda volver la vida a veces. Eres admirable. Y luchadora, aparte de hermosa, como lo demuestra esta foto. Estoy tan agradecida por tenerte a mi lado, que tengo tanto miedo incluso de parpadear, porque es posible perderte. Y no quiero que eso suceda. Por eso, viviré feliz bajo tu protección y seré paciente con tu dificultad para expresar tus sentimientos. Porque sé, que cuando cierras los ojos y te permites ser vulnerable, yo seré quien te proteja, y seré mucho más feliz por eso.

Imagina... Con Lauren Jauregui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora