primeros y ultimos pasos

30 1 2
                                    

Siendo niños entramos a la hermosa etapa de las preguntas. Preguntas que hacemos a cerca de el mecanismo de la vida; saber como, cuando y porque de las cosas. O interrogantes a cerca de el estilo de vida que desarrollamos en el transcurso de nuestra corta instancia en esta roca flotante en el espacio.
- ¿Que querer ser cuando seas "grande"? - me pregunte también como niño, esa es la mas difícil y traicionera pregunta que debemos enfrentar.

Influenciados por revistas de súper héroes, programas de tv y otros factores que delimitan nuestra decisión.

Sin embargo casi nunca realizamos lo que anhelábamos des de el principio, terminamos modificando gradual mente hasta cambiar por completo nuestras respuestas.

Estar en un sitio de reposo para ancianos no fue la respuesta de Jacinto Cuevas, un señor de 84 años al cual la vida ya le estaba pasando la cuenta de cobro.

No había tenido hijos, por desgracia suya, su mujer había tenido ya cuatro hijos y su vientre no podía resistir otro proceso de parto. Se había casado por segunda ves a los 57 años con la que creería que fuera su compañera de vejes. Aquel matrimonio solo duro seis años. Esta fue la segunda mujer que murió a su lado.

Jacinto, aquel joven que se acogió a la cultura de su pueblo; la de casarse y conformar una familia luego de terminar el bachillerato lo cual era especie de prejuicio para poder pretender a una dama y reclamar su lugar en la sociedad .

El primer paso a cumplir es enamorarse y Cuevas lo sabia mejor que nadie. Enamorar en esos tiempos no era tan fácil: reinaba la burocracia, todo lo relacionado con el amor requería un proceso de revisión, aprobación e implementación en el cual influían hasta las filias de la pareja ya que se jugaba con la
Honorabilidad de las dos familias.

Ella no era la mas hermosa del pueblo, ni siquiera de su familia. Su particularidad atractiva es otra, su sensibilidad al cantar boleros, el amor por los poemas y sonetos. Además esa mirada que distingue la bondad de la vanidad. El punto débil de jacinto.

Al transcurrir un par de meses, luego de consolidar la relación todo marchaba perfecto, hubo un puede besar a la novia y firmado el contrato se procedió a la esperada "luna de miel".

- ¿Con que tipo de velada romántica piensas hacer de esto inolvidable? - pregunto ella, entrando al clásico BMW gris de la familia, en el cual partirían a su esperado lugar cómplice de noche de bodas .

- paciencia gloria - dijo hinchado de felicidad. - es un poco largo viaje. Así que tendrás tiempo para imaginar a donde iremos - .

Luego de 35 minutos al volante, bajó la velocidad y quedo a un costado de la vía, paralelo a un extraño sitio donde aparcaban tracto camiones, se aseguro de que el ambiente no brindara una sola pista de su paradero.

Salio del auto con una pequeña venda y censuro la vista de su amada unos minutos, la condujo en un largo camino hasta quedar frente a la "sorpresa".

Por la mente de ella jugaban olores sonidos y texturas que arremolinaban sus vírgenes sentidos.

- estas lista, - mas que una pregunta una afirmación, dijo mientras apartaba la venda.

Lo vio, e instantánea mente calló a la blanca arena.

Esa era la primera vez que en su vida contemplaba la inmensidad del océano.

Al recuperar el aliento solo pudo pronunciar, - esto, solo comienza.- Al parecer lo dijo para si misma.

No se había percatado que pensaba en voz alta.

Al caer la noche ya todo estaba preparado; velas, un buen vino blanco y un susurrante tango de Gardel hacían de banda sonora. Solo estorbaba la ropa, que fue desecha en un rincón de aquella cabaña a la orilla del mar.

Jugaron las miradas, la modestia le habría la puerta a la decisión, esta también atraía al deseo, que animaba a la lujuria a salir de su escondite.

Las sombras se hicieron una y el alba acechaba tras la cortina de agua.

...

-Estas mas hermosa que ayer,
un poco despeinada, igual de adorable-. Sonrió, esa también fue su primera vez.

Gloria estaba hay, sin nada que decir. Solo le sonreía y se ruborizada.

Le planto esa mirada por ultima vez, no se movía, ni parpadeaba, mientras El le traía el desayuno.

Al regresar Jacinto elevo la mirada a las altas palmeras que adornaban la entrada. Vio como cambio el viento, -un mal presagio.- Dijo nervioso.

Entro a la habitación, el tiempo hay parecía estático. Ella seguía paralizada.

Dejo la bandeja con el desayuno, -¿no te piensas levantar?-, preguntó mientras notaba que su expresión no había cambiado. Respiro hondo, se acerco, tomo a ciento y le toco el rostro. Ya tenia 15 minutos que había muerto. 




Aun no termina
Espera el otro capitulo

Ámame en cámara lentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora