One-Shot

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"Dulce Como La Miel"

Los trazos del pincel en el lienzo eran suaves y pulcros, como si estuviera danzando con la pintura misma en armonía, los colores eran vividos y le daban un aspecto de realismo total a aquel cuadro.

Se sentía muy orgulloso de su obra, le gustaba admirarla a pesar que a veces se ruborizaba un poco por el rumbo de sus pensamientos.

Además que le urgía terminarla hoy.

Debía ser el único estudiante que quedaba en el instituto. Se había quedado en el club de arte para terminar su pintura, y se le había pasado las horas volando, era extraño que nadie lo hubiera echado a patadas aun.

Con una ligera sonrisa en los labios, le dio una última pincelada a su obra.

Se apartó un poco para admirarla, de solo verla completada hacia que una extraña ansiedad comenzara acentuarse en su estómago, pero ya lo había decidido y no había marcha atrás por muy nervioso que se encontrara.

Aunque ciertamente no tenía sentido alguno de porque ponerse nervioso, nadie se daría cuenta de quien pinto aquel cuadro.

Sin embargo, había otro motivo para su ansiedad... y eran esos dichosos sentimientos que lo impulsaron a hacer esa pintura.

Debía de estar loco, sí.

Con un suave suspiro; tomo el cuadro con delicadeza, no era demasiado grande ni muy pequeño, solo lo justo. Y ya estaba hecho, solo necesitaba enviarlo en la noche o cuando llegara a casa. Así que con eso en mente salió del aula de arte y se dirigió a la salida con pasos tranquilo caminando por el desolado pasillo mientras se sumergía en sus pensamientos.

¿Cómo había llegado a ese punto tan incómodo?

¿Desde cuándo sus sentimientos no los comprendía ni siquiera el mismo?

Al pensar en la persona que le gustaba terriblemente; le daban ganas de reírse quedamente, cualquiera diría que ya había perdido la cabeza.

¿Pero que podría hacer el contra el caprichoso amor que atacaba cuando menos te lo esperas?

Y eso es lo que le había pasado exactamente a él, fue algo tan sorpresivo que primero entro en negación absoluta diciéndose que de verdad estaba pensando cosas que no son y que jamás pasaría. Eso ocurrió tiempo después de que hubiera superado el pequeño enamoramiento que sentía por Marinette Dupain-Cheng, finalmente se dio cuenta que el corazón de ella ya había sido hechizado por cierto modelo rubio de su misma clase. Aunque para él era muy obvio, Adrien Agreste parecía ser ajeno de los buenos sentimientos de la chica de ojos azules. Hasta que un día misteriosamente ambos se habían acercado más y anunciaron que por fin eran pareja. Fue chistoso porque casi toda la clase se acercó a Adrien para comentarle con una palmadita en la espalda que después de tanto tiempo por fin había abierto los ojos, y otros habían festejado con emocionante entusiasmo, casi gritando a los cuatro vientos que por fin se había cumplido su shipp especial (Esto último lo había celebrado Alya, Rose y Mylene)

Él se había alegrado sinceramente por ellos, pero no pudo evitar ver a la nueva pareja con una triste sonrisa en sus labios y un poco de melancolía, preguntándose si alguna vez eso podía tocarle a él.

Después de eso, Matinette se había convertido en una amiga muy cercana de los pocos que tenía (Por no decir la única). Al principio el rubio se puso un poco celoso, curiosamente le recordaba un gato arisco cuando el charlaba con la Franco-China, y sentía la mirada asesina de Adrian a sus espaldas, poniéndolo un poco nervioso, ya que no quería problemas con nadie. A lo que Marinette con su sonrisa de luz le decía que no había problema, entonces ella también le lanzaba una amenaza de muerte a su novio si seguía con el drama y el espectáculo. Al final, Adrien también fue cediendo a su impulso de celopata compulsivo y había intentado formar también una amistad, y hasta ahora lo consideraba como un buen amigo, aunque a veces... casi podía oír que le siseaba si se acercaba demasiado a ella.

Dulce como la miel [Nathloe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora