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Sonreia o al menos creia hacerlo.

Todo era como me lo imaginaba, estaba ahi,frente aquel puente, a punto de tirarme hacia un final inminente,un final que a mi parecer ya estaba destinado a ser.
Un final que asi como las flores se marchitan en algun momento, el cuerpo tambien lo hace ,pero lo que se había marchitado primero en mí habia sido mi alma.

Siempre me he imaginado a mi alma con un color gris. Me sorprenderia a mi misma al pensar en un alma blanca,pura. Por que sabia que jamas habria un alma asi,y la mia no seria la excepción.

Pero aqui estaba,en el puente, mirando al rio frente a mi, esperando... No sabia exactamente que esperaba, pero simplemente lo hacia. Mi mirada estaba fija en el leve movimiento ondulante del rio,escuchaba los lejanos pitidos de los autos al pasar en esta madrugada helada. No recuerdo por que no me habia traido abrigo, supongo que me gustaba demasiado como para mojarlo y quedara en las profundidades de aquella agua,oscura y tenebrosa.

Pero entonces estaban ellos, diciendome que no me dejara caer, que tenia cosas que hacer aun, que les habia costado mucho la computadora como para que se quedara sin dueña despues de mi muerte.

¿Por que demonios estaban ahi?

Pero entonces una luz cegadora se dirigia a mis ojos y caia al vacio sintiendo libre,feliz ¿Acaso es normal sentirse feliz por saber que vas a morir?

Me imaginaba el agua golpear contra mi espalda,haciendo que me hundiera hacia las profundidades de la oscuridad acuosa para jamas volver a la superficie.

¿En serio queria morir de esta forma?

Si.

Era la mas facil segun mi parecer. Y queria experimentar el sentir mis pulmones sin aire, mi visión tornandose borrosa,mi garganta tragando bocanadas de agua hasta al fin morir.

Lo se,es algo sadico, pero ¿Que caso tendria morir sin dolor si finalmente seria la ultima sensacion vivida que tendria antes de desvanecer ?

Pero el agua nunca golpeo en mi espalda, nunca llege a hundirme, ni mi cuerpo llego a rogar por aire. En cambio mis ojos se adaptaron a la penumbra de un lugar conocido para mi,para despues darme cuenta que habia estado soñando en mi habitación.

Me frote los ojos ,suspirando. Deseando que en realidad aquello no hubiese sido un sueño. Encendí la lampara cerca de mi cama, observe mis muñecas, lineas de marcas rojas por aqui y por alla, ¿Por que lo hacía?.

Realmente podria considerarse que no tengo motivos,pero los tenia. Claro que no tan melodramaticos como se suele suponer. Mi padre no es alcoholico, mi madre no me maltrata,mi hermano no me golpea ( al menos ya no ) pero mi vida no era precisamente feliz.

No recuerdo bien el momento en que supe que tenía depresión, ni recuerdo bien el motivo, pero heme aquí , sufriendo en silencio, en las sombras, en una oscuridad por donde mis lagrimas silenciosas salen de mis ojos cristalinos y donde siempre guardo los mas profundos pensamientos, en lo más recóndito de mi mente.

Un sentimiento me invadió y las ganas de querer desaparecer se incrementaron , ¿Por que no justo ahora?

Si no era en el puente, tenía otra forma.  Ya que.

Abrí el buro de mi mesita de luz, saqué mi fiel amiga, y con un suspiró hice un corté profundo en la muñeca, luego en el antebrazo, mi otra muñeca, mi brazo, mi otra pierna y asi me encontre en un mar de sangre...  Mi propia sangre.

Sentía todo mas lento, mi cuerpo mas cansado, me dolían bastante las partes donde había enterrado aquel objeto filoso, pero quería acabar todo de una vez.
Así que sin pensarlo más, me clave la navaja en el pecho y me sentí  escupiendo sangre de mi boca, junto con una sensación de dolor y ardor en mi pecho. Sonreí relamiento la sangre,  era algo bastante sádico, pero por alguna razón me sentía bien.

Me carcajee, o al menos creó que lo hice y caí al piso sintiendo doloroso cada movimiento por mínimo que sea.  Escuche algo romperse, supusé que era la lampara.

Pronto escuché la puerta de mi habitación abrise, y un gritó ahogado cerca de la entrada de esta. Sentí un tacto lejano en mi cuerpo pero se sentía como si mi piel estuviese entumecida. Mi visión comenzó a nublarse pero reconocí la figura frente a mí cuerpo, mi madre.

-- ¡Melanie! ¿Que has echo? ¡Por Dios! ¿Estás loca? ¡Xavier! ¡Xavier ven aquí! ¡Llama a una ambulancia! - la voz lejana de mi madre rebotaba en mi cabeza, pero se escuchaba muy bajita y distorsionada, cómo la de un disco rayado por haber repetido las mismas palabras una y otra vez. -

-- Oh Mel, ¿Por que? ¿Por que?  Hija no te vallas,  yo te amo,  hija por favor,  ¿Que has echo? - sollozaba aquella voz que sabía que sería la última en escuchar. Sentí la presencia de alguien más pero ya me estaba dejando llevar,  pero antes de irme tenía que decir algo,  era ahora o nunca, literalmente.

-- Pudranse. --Escupí, manchando de sangre la cara de mi madre, haciéndola soltar mas lagrimas de sus ojos almendrados y sollozos de sus finos labios. -

Sonreí o al menos creía hacerlo.

Y me deje llevar, sintiendo cómo la oscuridad venía en mi búsqueda y la voz de la muerte me susurraba en mi oído que había llegado por mí.

Y me fui, y jamás regresé.

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Morir no duele mucho pero vivir... vivir es la peor agoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora