Alma de Espada

Prologo

La vida no es algo que quieras entender, la vida no es algo que se pueda entender.

Lo único que realmente tienes que saber es que debes aceptar las cosas que no puedes controlar.

Y la responsabilidad de todos nosotros de existir; nos hace pensar que realmente no vale la pena vivir ni soñar.

Ahora sabes el significado de la palabra condena, en esta terrible existencia.

Mi punto de partida fue esa noche, muy oscura donde la humanidad le tendría más miedo a si misma que a las bestias.

Jarn; conocido por sus grandes empalizadas llenas de musgo y tierra que dotaban de aire fresco y húmedo al ambiente donde enormes conjuntos de hogares llenan de vida desde el fin del prado hasta el principio del bosque.

Las estrellas junto a la luna llenan de un azul titilante cada rincón del césped, el bosque, el agua y las casas.

En una de estas, escalo una pequeña niña. Mi amiga Lucy, elegida del pueblo como siguiente Madre Santa, una sublíder de la iglesia local.

El líder es mi padre y cuando crezca lo seré yo.

Lucy y yo tenemos normalmente que estar separados pero aun asi nos volvimos muy unidos.

-¡Crono, Crono! ¡Despierta que ya estoy aquí!-

Ella solía trepar hasta mi cuarto entre las casas más altas, era la única manera de vernos a escondidas.

-¡Vamos! ¡Sabes que te necesito para poder ir, lo prometiste!-

-Lu... ya es de noche y quiero dormir... luego lo hacemos-

Teníamos creo 9 o 10 años, siempre teníamos mucho que hablar y mucho que hacer.

-Esto ya lo hemos recorrido dos lunas, ¡quiero hacerlo ya!-

-¿Por qué quieres ir? Si es mejor dormir-

Yo no era nada seguidor de salir de casa sobretodo de noche y aunque quería estar con ella creo que muchas veces se excedía...

-Vamos que ya no me atrasaras más-

-¡Vale pero déjame vestirme al menos!-

Esa noche teníamos planeado ir a algo raro que encontramos, no sé cómo describirlo, al menos no con una palabra, sé que era con conjunto de rocas en círculo que rodeaban lo que yo entiendo era un manantial pues en el centro de las rocas había un agujero enorme donde siempre brotaba agua dulce pero lo más fascinante era sus plantas y animales brillantes, literalmente, brillaban en muchos colores y sobre todo en la noche.

-¿Estás listo Crono?-

-Supongo...-

Lucy lo llamo "un lugar sagrado" me explico que seguramente los dioses lo dejaron como un lugar específico para comunicarnos con ellos y pedirles nuestros deseos.

-Pido salud, conocimiento, disciplina para servirles bien-

-Pido fuerza, sabiduría, tolerancia, valor y razón para serle útil a mi familia-

Lucy era servicial y pedía siempre por los demás pero cuando ella pedía algo solo deseaba ser aún más servicial y buena en ello.

-Sabes Cron, gracias por venir aquí conmigo-

-¡Pero si tú me obligaste a venir!-

Cuando me quejaba de nuestros viajes solía darme un codazo, aunque siendo sincero dolían más y eran más fuertes sus miradas, sus ojos son de esos con la magia de decir más que mil palabras.

-No me digas que no te gusto venir aquí conmigo-

-Me encantó venir aquí contigo, no me arrepiento...-

-Eres malo pero aun así no me arrepiento de que estés conmigo-

-¿Fue algo mágico no lo crees?- Menciono Lucy aumentando el paso al cual iba Crono.

-Si lo fue, aunque no sé si realmente haya sido un lugar para rezar, ¿qué tal si fue hecho por paganos?-

-Dudas demasiado-

-Lo siento... solo que realmente quisiera que me dieran una respuesta los dioses...-

Yo siempre tenía dudas y la mayor de ellas es que mi padre siempre me hablada de ser el grande, el del poder y control sobre los demás sin embargo si él era el líder y yo algún día lo seria, ¿Por qué Lucy sabia más cosas que yo? Jamás mi padre me hablo de dioses de religión o de rezos, todo solo era como tratar a las personas y cosas que tenía que saber para desconfiar de todos y aprovecharme de las situaciones. Algo muy distinto a todo lo que me contaba y enseñaba Lucy sobre obedecer órdenes, ser servicial callado atento y siempre amable.

Todo eso me quedo claro cuando esa misma noche, todo fue un caos y el acabose de nuestra niñez.

Regresando de rezar en aquel manantial mágico, nos siguieron lobos.
Corrimos cuanto pudimos.
M frio se desvaneció, solo el terror.
Un terror de muerte. El corazón latiendo a tope, corriendo cuesta arriba y cuesta abajo, y entre los árboles muertos sin prestar atención a los raspones y espinas.
Solo queríamos estar de nuevo tras las empalizadas.
Un lobo ganaba terreno; vimos sus ojos rojos y su aliento escapando de su hocico repleto de afilados dientes.
Lucy grito; el terror se volvió desesperación y pánico, asi que arroje nuestra antorcha a la criatura sin embargo, el fuego se expandió y empezó a arder el bosque y parte de los muros.
Eso no fue suficiente, el lobo nunca se rindió y persistió hasta nuestra grieta de las empalizadas, donde dándome cuenta que nos alcanzaba el lobo, con todas mis fuerzas empuje a Lu.
Lo que paso después no lo tengo muy claro, solo se que el lobo me había mordido y arrastrado lejos.

-¡Cron!- Si... también recuerdo ese grito...

Pero fue bastante tarde, porque me absorbió la oscuridad del bosque.

Alma de espada

Unos guardias me encontraron casi muerto y desangrándome, pero lograron llevarme con un médico a tiempo.

No vi a Lucy por ningún lado hasta que se logró controlar el fuego, aun asi el infierno continuó para mí.

Cuando mejore como para ponerme en pie recibí una golpiza de mi padre, había puesto en riesgo la vida de nuestra siguiente Madre Santa y un pecado asi se castiga con la muerte pero al ser el sucesor del mayor puesto seria perdonado y mi clemencia serían los azotes.

En Jarn rige un jefe de aldea y sacerdote directo de la Sacra Iglesia Imperial de los Viajeros que ejercen influencia y poder absoluto sobre el imperio.

Es un pueblo grande que vive cerca de un bosque donde provee de recurso a la capital como la madera, flores y animales exóticos junto a una gran cantidad de artículos hechos de artesanos locales.

No tiene una gran economía pero se sostiene, la falta de forasteros le ha dado mucho más poder al sacerdote; que junto a todo un grupo clerical, instruyen un convento femenino sin educación para los hombres; que solo seguirán las enseñanzas de sus padres para seguir en el trabajo generacional.

Tras el incidente del lobo paso un largo tiempo en el que no volvimos a dirigirnos la palabra ambos.