Sin reglas ni principios 2

5. Archivo 2307

Mis pasos resonaron en el pasillo reflejando la urgencia de mi caminar. Conforme avanzaba las miradas se centraban en mi destruida imagen y en el cojear que definitivamente había sido provocado por una fuerte torsión en mi tobillo.

Posicioné mis manos con dureza sobre la puerta de metal provocando que esta diera en un estruendo contra la pared y de inmediato entré a la habitación donde suponía debían darme respuestas.

Gruñí por lo alto notando la incómoda precisión del novato que llegó en un apuro tras de mi alargándome una bolsa de hielo. La tomé con algo de arrebato haciéndole un gesto para que se retirara y nuevamente mi mirada fue por la habitación hasta toparse con la de Novak.

- ¡Conéctala ya! - le ordené en un chasquido señalando su computadora con mi cabeza.

- ¿Pero qué ha ocurrido contigo, Diabla? - Chilló totalmente escandalizado ante la que probablemente era la primera vez en que me veía en tales condiciones.

- Estaba jugando un poco y las cosas se pusieron rudas- solté con una fingida sonrisa que de inmediato hice desaparecer - Ahora que ya sabes que no puedes hacer nada al respecto, pon tu inútil cerebro a trabajar y conéctame de inmediato con Angelique.

- La verdad no creo que sea lo correcto, deberías contactar a tu equipo primero. Han estado preocupados por ti desde que te vieron desaparecer persiguiendo un...

- ¿Podrías callarte? -le interrumpí gruñendo e intentando alcanzar su computadora por mis propios medios.

- Woah, woah, woah- soltó deteniéndome por el pecho- ¿Qué no entiendes de no tocar?

- Lo mismo que tus curiosas manos, niño- solté provocando que las retirara de inmediato.

- Deberías calmarte primero- se excusó mirando a su alrededor algo apenado por el escándalo que estaba armando - No creo conveniente el que le hables ahora.

- ¿Conveniente? Conveniente es que te quites del camino si no quieres salir lastimado en este maldito momento.

Un pequeño sobresalto acompañó su expresión mientras los pocos en la habitación se dedicaban a mirarnos de reojo como si hubiésemos planeado el entretenimiento de la noche. Bufé totalmente fastidiada y justo cuando estaba a punto de continuar, el resonar de una calmada pero autoritaria voz me detuvo.

- ¿Se puede saber por qué andas por ahí amenazando a mi personal? - indagó ella dejándome ver su imagen reproducida en la pantalla que ocupaba toda la pared.

- Salvado por la campana - murmuró Novak mirando en dirección contraria.

- Pero claro que se puede saber, ¿Qué se le impide saber al diablo? - pregunté en voz alta mirando a los que rondaban en la habitación- ¡Ah! Pero cuando es al revés, claro que hay cosas que el diablo no se digna a decir.

Angelique me dedicó una expresión extrañada y de inmediato, con un solo gesto y un par de palabras provocó que el lugar se vaciase dejándonos a las dos en libertad de conversar.

- ¿Qué ha ocurrido, Mef?

- Eso mismo me estoy preguntando- solté respirando profundo y tallando mi rostro con algo de frustración para enseguida sentir el dolor que la acción provocaba sobre las partes lastimadas - necesito saber qué está sucediendo, es decir....

- Comprendo - soltó interrumpiéndome justo cuando iba a mencionar lo que recién había ocurrido en aquella bodega, comenzando por la aparición de quien se supone no debía existir para ese momento - verás - comenzó inclinándose desde la silla en la que le solíamos ver y acercándose a la pantalla para teclear algo.